jueves, 17 de marzo de 2011

Obsesiones


Las obsesiones como las adicciones son muy difíciles de erradicar. Considero que lo primero es: darnos cuenta si somos obsesivos con algo o con alguien. Hay veces que no nos podemos quitar del pensamiento tal o cual situación, o tal o cual persona. ¿Qué hacer entonces?
Es muy difícil vivir como si nada pasara. Realmente es un problema psicológico quitar una obsesión. Si alguien en el pasado nos lastimó y nos hirió emocionalmente, esta herida solo el tiempo podrá irla desvaneciendo. Olvidar es imposible, pero no para los que deseen con toda su alma curarse. ¿Cómo es posible que el agresor viva tan tranquilo, como si nada y que el agredido o lastimado esté tan adolorido? No es justo. Pensemos una vez más: no es justo. Pero tampoco nos vamos a devanar los sesos pensando en la venganza, que finalmente, a nada conduce.
Una vez más: ¿qué podemos hacer para que lo que pasó no hubiese pasado? Pensar: lo que pasó…YA PASÓ…….ni soñando despierto podemos regresar una milésima de segundo el pasado, nuestro pasado ¡Dejarlo atrás! ¿Y si hubiésemos hecho esto o esto otro? ¿Y si hubiéramos?  El “hubiera” no existe. Las obsesiones son “eso”,  parte del pasado. El presente es lo que cuenta. Cada momento que revivamos el pasado, lo re-vivimos, lo vivimos de nuevo y la tristeza, el dolor o la angustia que vivimos “ese momento”, regresan. ¿Por qué  lastimarse de nuevo? Y volvemos a recordar: no es justo. Si lo que pasó fue o no injusto, ya pasó; poner un ¡hasta aquí! con esa situación. Cuando esa imagen regrese a la mente, poner la imaginación en blanco es decir, poner una hoja en blanco y mirarla dentro de la cabeza, luego, pasar a otra cosa, algo diferente, alegre o nuevo, algo que nos aleje esa imagen de inmediato. No permitir que el pasado nos obsesione, porque a veces causa depresión. Acudir a las amistades, a la iglesia, al grupo de compañeros, a la familia, a la pareja, que sé yo, no encerrarse en las obsesiones y no permitir que nos manejen. Somos dueños de nuestros pensamientos, nadie más. Concentrémonos en ello  y démosle vuelta a la página de la vida. ¡Segurísimo que seremos más felices!

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