Ahora
que en nuestro país están ocurriendo grandes desastres……no sabemos por qué
motivo ocurren y pensamos que es un castigo del cielo. ¡Error! Sí es un
castigo, pero de la Naturaleza.
¿No
hemos permitido que talen árboles y más árboles para beneficio de unos cuántos?
¿No existen comunidades que se asientan sin más ni más en las márgenes de un
río? ¿Y los permisos para construir en las laderas de las montañas, sobre el
lecho de un pequeño río que algún día crecerá y los barrerá de SU superficie? ¿Y
los puentes que se construyeron con el mínimo gasto requerido para embolsarse
el resto? ¿Quién tiene la culpa de que estos desastres acaben con la vida de
los habitantes de esas comunidades o con la infraestructura de sus ciudades?
¿Qué dicen los culpables? Silencio………
Y
luego culpamos a las autoridades del presente desastre….si fueron los anteriores
a ellos los que otorgaron permisos sin ninguna responsabilidad….pensando solo
en los beneficios inmediatos que recibirían. Si…..somos comodinos porque pensamos
que quienes representan la actual administración pública debe resolver a la
brevedad posible esas necesidades. Y es cierto que poco podemos ayudarles a
solventar esas urgentes necesidades para que esos damnificados no se mueran de
hambre, pero ¿y sus casas, sus trabajos, sus familiares muertos?
Es
cierto, casi nada podemos hacer para detener un huracán, un terremoto, un
tsunami, un tornado o tormentas fatales…..pero es nuestro compromiso ser parte
de la concientización de aquellos que serán el futuro mediato de nuestra
sociedad: nuestros hijos. Ellos serán nuestro reflejo, nuestra obra magna.
Ellos serán los portadores de una generación con responsabilidad, que actúe
siempre a favor de la justicia y la paz. Empecemos ya y transmitamos este
mensaje de buena fe a cuantos nos rodean y seamos solidarios con quienes nos necesitan hoy.
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