domingo, 28 de junio de 2015

LOS PEQUEÑOS VERDUGOS



Acabo de regresar de un viaje que hice a California, donde radica una de mis hijas y le comentaba a una amiga cuánto realmente quiere uno a sus hijos (¡claro!, las mujeres normales) y cuánto se te va la vida en ocuparte de ellos. Tanto es así, que no te das cuenta que el tiempo se te va como agua y, cuando acuerdas, ya son adolescentes o ingresando a la Universidad.
Nada de esto está mal. Me parece normal el que una mamá se ocupe de sus hijitos siempre. Pero, ¿qué hay de la persona de la mamá? ¿No tiene tiempo para ella? ¿Descansa, se divierte, es feliz? ¿Tiene la atención que se merece de parte de su marido o de sus hijos? ¿Tiene amigas o un círculo social o profesional donde desenvolverse como individuo que es? Y si acaso tiene marido, si no………pues todas las preguntas anteriores serán palabras al viento, porque no hay respuesta positiva. Y aunque algunas todavía presumen de marido, creo que es igual que si no existiera, porque a veces la mayoría de ellos, sólo se ocupan de lo económico y se quejan de cansancio al llegar a casa, tanto, que ya nadie osa molestarlos.


Y luego, estos pequeños verdugos son tan inteligentes que hasta saben qué número de zapato es la mamá, o sea, que la tiene comiendo de su mano. Saben que si se quejan aunque sea “quedito” la mamá está presto con ellos; que si el hermanito lo molesta, la mamá lo defiende aunque no haya tenido la razón; que si él quiere ver su serie de caricaturas, ya se puede ir despidiendo la mamá de su novela o serie favorita por semanas enteras, y así, se la puede pasar la vida entera sobreprotegiendo a sus hijitos. Ahora ya no se editan libros de “Mis padres no me comprenden” sino de “Mis hijos no me comprenden”. ¿Hasta dónde podemos llegar en tratar de hacer felices a nuestros hijos? Necesitamos ser muy conscientes de la enorme responsabilidad que tenemos: la vida de nuestros hijos será como nosotros los eduquemos y ellos serán felices o infelices según la educación que les hayamos dado. Eduquemos con responsabilidad y amor.

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