He
sacado siempre mucho provecho de las pláticas que sostengo con mis amigas, la
mayoría de ellas, casadas aún o separadas ya, y me doy cuenta de cuán benéfico
es para todos tener variedad de amigos, porque se aprende mucho. Siempre
desconocemos las mujeres los secretos de los hombres y viceversa y ¿no es ése
el tema favorito de la mayoría?
La
mujer por lo general parece ser el Ser más inteligente de la Tierra, el más
humano, el más generoso y el más aguantador si lo comparamos con el sexo
opuesto. Sin embargo, es hasta cierta edad que no se puede especificar, cuando
la mujer realmente “abre” los ojos para ver el mundo tal cual es. Para esto,
tiene que pasar por una serie de experiencias la mayoría de las veces,
dolorosas y traumáticas que le indicarán por dónde ir, qué hacer, cómo hacer…y esto
es debido a que ya no quiere sufrir las mismas consecuencias que padeció en
carne propia. Quizá por estas situaciones es que muchas mujeres son a veces tan
desconfiadas, tan astutas, tan precavidas, porque ve lo que le depara aquél
futuro inmediato. A pesar de todo, la mujer siempre será más emocional que el
hombre y posiblemente caerá en el mismo error cuando le “bajen las estrellas”
nuevamente. Y quizá albergue la esperanza que “esta vez” sí le irá bien.
La
mujer y el hombre tienen una diferencia enorme en el pensar y en el sentir,
pero sin embargo, son complementarios. El puede estar muy materializado y ella
muy espiritualizada y eso hace una pareja perfecta. El puede querer mucho a
corto plazo y ella a largo plazo por la visión que posee y que es una de sus
cualidades notables. En fin, todo en la pareja es “dando y dando”, porque de
otra manera, el egoísmo matará el amor mutuo….además, es el amor el que deberá
sacar de su propio “yo” a cada quien para volcarse en generosidad (por amor),
en responsabilidad (por amor) y no querer que uno solo lleve el 100 por ciento
en el manejo de esa relación. Ni la mujer debe llevar ella sola las riendas del
hogar ni el hombre puede ser el amo y señor del mismo, sino custodiar al lado
de su mujer, ese hogar para lograr la felicidad anhelada.
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