Muchas veces esperamos que las personas cambien
y nos den el gusto de verlas como nosotros quisiéramos que fueran……… pero nos
quedamos esperando; no todo mundo puede ser a nuestra entera satisfacción.
Empezando por los mismos miembros de nuestra familia: nuestro marido, hijos,
hermanos; etc., etc… mucho menos todos los demás que nos rodean y así, se
establece que quizá deberíamos ser más tolerantes.
¿Cuál es el motivo por el que queremos que
ellos cambien? Quizá porque no somos iguales. Si lo fuéramos, creo que sería
muy aburrido. En la variedad está el gusto. Imagínense si todos fuésemos
güeros, si todos vistiésemos con camisas de cuadros, o tuviésemos el mismo tipo
de carros o casas…..quien sabe cómo sería aquello. Pero aparte de los aspectos
físicos o materiales que debemos respetar, están los otros aspectos, los que no
se tocan pero pueden sentirse, como son los religiosos, los morales, los
espirituales, motivos muy controvertidos y muy peleados…..ahí tienen a los
hermanos del otro continente que matan a los que no piensan como ellos.
En fin, creo que lo único que debemos tratar de
cambiar en los demás son los aspectos negativos de su conducta, los que dañan a
los demás y a ellos mismos. La pereza y ociosidad, la irresponsabilidad, la
violencia, el odio, la discriminación, la avaricia, la corrupción, la soberbia
y todos los otros vicios que me faltan y que son bastantes.
Empecemos este 2014 con nuevos propósitos: el
de cambiarnos a nosotros mismos para ir creciendo en lo espiritual aportando
con nuestro granito de arena y nuestro
ejemplo a la reconstrucción de un mundo más humanizado y menos materializado.
¡Feliz año nuevo!
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