jueves, 26 de septiembre de 2013

Los desastres naturales

                                                                   
Ahora que en nuestro país están ocurriendo grandes desastres……no sabemos por qué motivo ocurren y pensamos que es un castigo del cielo. ¡Error! Sí es un castigo, pero de la Naturaleza.

¿No hemos permitido que talen árboles y más árboles para beneficio de unos cuántos? ¿No existen comunidades que se asientan sin más ni más en las márgenes de un río? ¿Y los permisos para construir en las laderas de las montañas, sobre el lecho de un pequeño río que algún día crecerá y los barrerá de SU superficie? ¿Y los puentes que se construyeron con el mínimo gasto requerido para embolsarse el resto? ¿Quién tiene la culpa de que estos desastres acaben con la vida de los habitantes de esas comunidades o con la infraestructura de sus ciudades? ¿Qué dicen los culpables? Silencio………

Y luego culpamos a las autoridades del presente desastre….si fueron los anteriores a ellos los que otorgaron permisos sin ninguna responsabilidad….pensando solo en los beneficios inmediatos que recibirían. Si…..somos comodinos porque pensamos que quienes representan la actual administración pública debe resolver a la brevedad posible esas necesidades. Y es cierto que poco podemos ayudarles a solventar esas urgentes necesidades para que esos damnificados no se mueran de hambre, pero ¿y sus casas, sus trabajos, sus familiares muertos?

Es cierto, casi nada podemos hacer para detener un huracán, un terremoto, un tsunami, un tornado o tormentas fatales…..pero es nuestro compromiso ser parte de la concientización de aquellos que serán el futuro mediato de nuestra sociedad: nuestros hijos. Ellos serán nuestro reflejo, nuestra obra magna. Ellos serán los portadores de una generación con responsabilidad, que actúe siempre a favor de la justicia y la paz. Empecemos ya y transmitamos este mensaje de buena fe a cuantos nos rodean y seamos solidarios con quienes nos necesitan hoy.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Las supersticiones




Cuando era joven tenía unos amigos que creían en las adivinanzas o adivinadores del futuro, en la Ouija, en las “barridas” en la baraja y en muchas otras cosas. Me llevaron con una señora que adivinaba el futuro y leía la mano. Ella me dijo que una persona cercana a mí, me envidiaba y deseaba mi mal (creo que a todos les decía eso) e inclusive me dijo cuántos hijos iba yo a tener. Bueno, lo de la envidia…¿quién no envidia a quien?, pero en lo que sí falló fue en lo de los hijos.

Inocentemente visité también a un fulano que se decía “brujo” y yo creo que sí lo era. ¿Cómo le había hecho para tener una esposa de 28 años si él tenía 60? Sin duda, algo de magia negra si ejercía. ¡Cuántas y cuántas personas son engañadas por estos rufianes! Se aprovechan de la gente ansiosa por conocer lo que el destino les depara. Por saber si su marido o su esposa los engaña; por querer aprovechar algún sortilegio mágico que haga caer en la trampa del amor a algún pretendido o inclusive hasta para conseguirles un marido ideal. ¡Ah! Y algunos de ellos “no cobran” solo “lo que usted quiera darle”. Así que si usted se sintió aliviado, protegido, ayudado, no escatimará el pago.

Por favor, no tienten a Dios. Sin duda, el acudir con esas personas o usar ciertos sortilegios o piezas maléficas como la Ouija, es abrirle la puerta de nuestro interior al “incansable”. Alguna vez, una de mis hijas compró una Ouija y junto con una amiga, se pusieron a jugar (según ellas). Bueno, el caso fue que el triangulito que trae ese juego se empezó a mover y al preguntarles ellas quien era, se escribió “Satanás”. Entonces gritaron a todo pulmón y quisieron rezar pero no pudieron articular palabra, el cuarto se puso helado y sufrieron mucho porque no podían abrir la puerta, Yo acudí y al abrirles, me abrazaron llorosas y muy asustadas. Juraron que no volverían a cometer semejante burrada. Entonces tiré la Ouija a la basura, rocié con agua bendita y pronuncié algunas oraciones.

Esto que cuento, parece una historia de terror, pero es la realidad. Alerten a sus hijos, a sus parientes y amigos. Lo único que debemos hacer es tener confianza en nuestro amoroso creador, encomendarle nuestras vidas y pedirle su bendición. No acudan a visitar a ninguna persona, ya sea curandero, brujo, adivinador. Respeten sus creencias y aléjense de ellos.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Hombres.... ¡crezcan!


Para madurar y crecer como personas adultas es necesario a veces, alejarnos de los seres que amamos. Porque nos damos cuenta que al seguir a su lado, estamos condicionados, limitados o dependiendo de ellos. Sin embargo, hay personas que nunca crecen. Simplemente cambian de ubicación pero siguen siendo los niños dependientes de las decisiones y apoyo de otros. Y a propósito, me preguntaba por qué algunos hombres se casan con mujeres mucho mayores que ellos o mujeres con un carácter difícil. Pienso que ellos buscan la figura “materna” que los guíe, que los cuide y los autorice a seguir “traveseando” por la vida. Quizá por eso, muchos de ellos no pueden ser fieles. Se resisten a ser “sometidos” por aquella figura que representa su mujer. Se refugian a la vez, en la seguridad que les da aquella mujer gritona, altanera, violenta o quizá hasta golpeadora. Después de todo, ellos siguen sintiéndose “infantes”.       

No amigos. Para ser felices se necesita algo más que una mamá sustituta. Se necesita valorarse a sí mismos plenamente como hombres de una sola pieza y no justificarse aduciendo una serie de necesidades artificiales. Valientes e inteligentes, capaces de formar una familia normal al lado de una mujer íntegra que les ofrezca no sólo su cuerpo sino también su disponibilidad, su actitud de servicio, su lealtad, su prudencia y obviamente, su amor incondicional. Empezar a independizarse cuanto antes de aquellas personas que todo les solucionan, haciéndolos más “comodinos” y más irresponsables. Hacer conciencia de que la pareja que necesitan es una persona que además de comprenderlos, los acepte tal cual son y los ayude a madurar sin tratar de manipularlos. Ese es el verdadero fundamento y base sólida para edificar una familia. Dos que se amen, que se apoyen, que se comprendan y se retroalimenten espiritualmente. Así que: hombres….¡crezcan!

sábado, 7 de septiembre de 2013

Los desesperados


Nosotros no sabemos muchas veces por qué razón pasan las cosas, sobre todo las que nos dejan con mucho dolor, como la pérdida de un ser querido, por ejemplo.

He estado presente en algunas ocasiones con personas muy desesperadas e histéricas por haber fallecido alguno de sus parientes. Y llega a tanto su dolor y desesperación, que terminan odiando a todo mundo y echándole la culpa de sus desgracias. Tal fue el caso de una señora amiga mía, hasta entonces. Su esposo fue asesinado en la puerta de su casa y en ese momento, ni ella ni su familia estaban con él. Todos quedamos sorprendidos y consternados por el suceso y juntos lloramos por la pérdida de ese ser tan querido por todos nosotros. Sin embargo, ella fue alejando poco a poco a todos sus amigos, incluyéndome. Sentía que de alguna manera, todos éramos culpables de su dolor. Y la amistad terminó.     

Y así es. Cuando nos acontece alguna desgracia, culpamos a todos por aquello. O peor aún: pensamos en un Dios injusto, vengativo, indiferente o manipulador. Ni nos enteramos que Aquel por quien fuimos creados, está a nuestro lado, llorando y sufriendo a la par con nosotros. El hombre fue creado con su propia racionalidad y libertad. Y todos los que habitamos este planeta gozamos de esa capacidad de elegir. De manera que, si alguien viene a mi casa decidido a terminar con mi vida ¿qué puedo yo hacer? Sin duda, defenderme. Pero ¿y si me pesca por sorpresa? Y esa persona es tan libre de empuñar un arma y violentar a todos los que quiera. Por este motivo y muchos otros, fueron creadas las leyes civiles, morales y religiosas: para respetar el límite propio de cada persona. Mi “yo” termina donde empieza el “tu”.   
Conscientes de estas verdades dolorosas pero necesarias, no debemos desesperarnos ante las desgracias antes bien, debemos empezar de nuevo a reconstruir lo destruido, empezando por nuestros propios sentimientos. Si se sufre de abandono, abuso, muerte, despojo, es necesario recordar que la naturaleza tiene sus propias leyes y nada ni nadie la detendrá cuando castigue a los corruptos, ladrones, secuestradores, homicidas y todo tipo de malhechores y abusadores. No culpar a nadie y hagamos como los pajaritos cuando el viento o la lluvia destruye sus nidos: vuelven a empezar. O cuando las aguas barren con las viviendas de las hormigas o de los castores….¿lloran acaso o se desesperan? No. Vuelven a empezar. No desesperar nunca. Acudir ante Aquel que todo lo puede y obtendremos consuelo y bendiciones en abundancia. “Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor".
 
                                                                  

 

domingo, 1 de septiembre de 2013

La Reencarnación

                                  

Si para los que creen en la reencarnación o metempsicosis existe una vida feliz más allá de nuestra existencia terrena, quisiera preguntarles: ¿dónde estarán en este momento sus padres o familiares difuntos? ¿Estarán en el siglo XXX, en Africa, en México o en donde? Si existe la reencarnación ¿Con quién estoy viviendo ahora? ¿Con mi enemigo del siglo pasado o será mi bisnieto este esposo mío? Si el espíritu de tales personas se desencarna y se vuelve a encarnar ¿cuál de ellos entrará al cielo: el primero, el segundo o el último? ¿Y qué será de los últimos que se han revestido hoy en la mañana de esa misma carne? ¿Y cuál de ellos comparecerá en el día del Juicio Final?

No amigos, no se hagan ilusiones. Hay una sola vida para ser vivida, bien o mal. Los muertos no regresan. Las teorías de hace 20 siglos aún perduran para los que viven en la ignorancia. Tal parece que le ponemos límites al poder absoluto de nuestro Creador. Que usa y re usa los espíritus como mercancía rezagada para sacarla nueva y nos olvidamos que somos hombres con un espíritu que resurgirá para la vida eterna. Este espíritu nuestro fue creado una sola vez y ya no se destruye.

¿Por qué tiene alguien qué pagar hoy las culpas de un antepasado? Ninguna opción es válida para desviar el verdadero y único camino, ninguna teoría filosófica lo es. No hay que destruir con racionalismos humanos lo que es una sola verdad. No convirtamos en blasfemia y sacrilegio nuestra fe ni nos dejemos envenenar por esas falsedades. Enderezar nuestra vida y corregir el rumbo de nuestra conducta debe ser la meta a seguir. No nos compliquemos la vida. Alimentemos nuestra conciencia con el espíritu de la verdad y la justicia y mantengámonos firmes en ellas.