lunes, 6 de agosto de 2012

"Tu diamante"

                                                           

                                                           


A través de todos los tiempos, el amor ha sido el motor que mueve los corazones. Gracias a este sentimiento es que se hacen realidad nuestros anhelos, el progreso, la unidad de la familia y la búsqueda de nuestra realización personal. Pero para saber lo que es el amor, es necesario tener una apertura del espíritu. El amor no entrará a la fuerza ni con violencia en nosotros. Y así como el día es a la noche, así es el amor al odio….¡cuidado!

Podemos citar aquí cientos de historias referentes al amor: al paternal, al filial, al romántico, etc. amor de diferentes maneras. Vienen a mi mente recuerdos de películas como Romeo y Julieta, Helena de Troya, Jesús muerto en la cruz por amor a nosotros y un sinfín de relatos de amor. Dicen que nuestro espíritu al nacer es como un diamante en bruto. ¿Qué pasa con esas hermosas y costosas piedras que llamamos diamantes? Que alguna vez fueron rocas durísimas, burdas y toscas y que hubo que procesarlas y pulirlas de muchas y diferentes maneras hasta que tomaron forma. Y así, aquella piedra ruda al fin se convirtió en una exquisita joya de altísimo valor. ¿Valió la pena tanto esfuerzo? ¡Claro que sí!

Así nuestro espíritu si no es pulido se quedará como está: feo, deforme, áspero. Este proceso de conversión o purificación consiste en aprender a través de nuestra vida, las reglas más elementales para una sana convivencia humana: el servicio de nuestra inteligencia y voluntad al bien común. Cuando abusamos de nuestra libertad y nos portamos mal, nuestro diamante interior se deforma, se detiene su proceso de embellecimiento. Cada acto de fuerza de voluntad que realizamos a favor de los demás o de nosotros mismos es un acto de amor. Este es el camino que hará trascender nuestro espíritu a un plano o nivel superior.

¿Y la maldad? ¿Y el odio? Dejemos que se revuelquen de envidia al vernos sirviendo a los demás con tanto amor ¡Pule tu diamante!

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