Hay veces que realmente no sabemos
lo valioso que somos, hasta que llega algún mal momento en que casi terminamos
muertos y entonces sí que valoramos nuestra persona.
Hace poco visitaba a una de mis
hijas y a su familia, también a mis hermanos y a mis amistades que dejé de ver
por un buen tiempo. Desafortunadamente, durante esa visita tuve la mala suerte
de pasarme un “alto” con mi carrito, que
obviamente no vi. Todavía sigo pensando que la luz del semáforo estaba en
verde para mí, pero el joven que venía detrás de mí se bajó de su auto para
ver que no me había pasado nada así como para ver en qué podía ayudar. Me
preguntó que porqué no me había detenido si todos los demás lo hicieron. Supongo
que yo había visto la luz verde de la siguiente cuadra y, bueno, una camioneta
me impactó y me lanzó como trapo contra un tráiler que me hizo rebotar y
pegarle a otra camioneta; en fin, mi carro quedó hecho un desastre, no así los
demás autos. Llegó la policía a deslindar responsabilidades y me dijeron que no
me preocupara pues tenía el seguro de daños a terceros, lo único que tenía qué
hacer era arreglar mi carro. Me puse a llorar cuando lo vi, las puertas
traseras estaban inservibles y solo pensaba en el gran gasto que iba a
ocasionarle a mi esposo. Las personas que estaban allí, el joven que era
testigo, las dos señoras dueñas de las camionetas impactadas (que solo
recibieron un rasguño) y que afortunadamente estaban ilesas me consolaron,
inclusive los policías me dijeron que todo había sido un accidente y que todo
el golpe lo había recibido el carro. Afortunadamente así fue; yo he pensado
mucho en ese momento y pienso que así es: a mí no me pasó nada, solo el susto y
que, no llevaba a nadie conmigo. Si hubiese ido alguien en el asiento trasero,
no sé que sería ahorita de mi vida y la de ese alguien que allí fuera.
Tenemos momentos buenos y malos en
nuestra vida y quizá ese momento aunque fue negativo para nuestra economía, no
lo fue para mi persona. Quizá no fue tan malo como pudiera haber sido ¿no lo
creen ustedes?. Cuántas personas mueren a diario en accidentes o quedan mutiladas
o incapacitadas para siempre. Ese no fue mi caso. Debemos ver siempre lo
positivo de los hechos, aunque todavía esté pagando por esos golpes. Dicen que
de los males, el menor y eso fue: de los males que pudieron pasar, realmente me
tocó el menor. Debemos pensar qué hubiera pasado si.....y no pasó. Agradezco el
don de la vida y todo lo valioso que Dios me ha dado.
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