lunes, 20 de agosto de 2012

¿Discriminación?


El término “discriminación” parece ser cuando se marca una diferencia entre una persona y otra, o cuando la tratamos de manera muy diferente. Por un lado, somos amables con unos; por el otro, somos groseros y descorteses. Esto se veía antes sólo en los Estados Unidos, donde había mucho racismo y se negaba toda clase de derechos a la raza negra. Por ser su piel de un color diferente, se les humillaba, se les golpeaba, se les esclavizaba, en fin, se cometía toda clase de abusos contra ellos. La historia nos cuenta que allá se comentían todas estas atrocidades.  Pero no, es un error pensar así. Se siguen cometiendo todo tipo de abusos, no contra la raza negra solamente, sino contra los mexicanos también. Ya ven ustedes lo del caso del Estado de Arizona contra los mexicanos en los puertos de entrada a los Estados Unidos y más recientemente los asesinatos de mexicanos que intentan cruzar la frontera con los Estados Unidos. Aparte, el gobierno de allá los autorizó para que si algún mexicano les arroja alguna piedra, disparen contra ellos. Así que ahora son piedras contra balas. Sí que estamos mal. Y se supone que ellos son la policía mundial, que cuidarán de todos los ciudadanos del mundo. No. Cuidan a su gente y hasta la autorizan a matar a gente indefensa en aras de defender su territorio. Y cuidado con cometer algún delito por aquellas tierras. No se les perdona absolutamente nada.                
Pero nos asustamos de ESA discriminación  ¡cuando nosotros discriminamos también a diestra y siniestra! Pero se trata de otro tipo de discriminación no racial. Si porque no son de la misma religión que nosotros; si porque son de otra ciudad; si porque sabe menos o es más inculto o pobre que nosotros; si es hijo de fulanito, o si lo vemos mejor vestido, también. En fin, somos discriminadores.
 ¿Qué necesitamos? Ser más tolerantes y centrados. Finalmente todos somos humanos, temporales y con muchos defectos. Aquí lo importante es estar conscientes de eso y ser un poco exigentes con nosotros mismos. Darle apertura al sentimiento de sencillez que debe caracterizarnos. Si porque hoy tenemos mucho dinero o mucha salud o somos muy famosos, creemos que tenemos el derecho de creernos más que los demás, no. Todo se acaba, menos el amor que hayamos sembrado.

Es difícil entenderlo cuando nada o casi nada nos falta. Pero el tiempo pasa y nosotros también. No esperemos a estar necesitados de dinero, salud, afecto o comprensión. Que no tengamos que pensar: si hubiera hecho esto….o lo otro. Estamos a tiempo. ¡Reflexionemos!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.