miércoles, 2 de mayo de 2012

Amor y servicio

Debido a que la mayoría de las mujeres virtuosas son las que más sufren, al menos eso parece, este es el caso de una mujer cuya historia quizá sea igual que muchas otras Ella era hermosa por dentro y por fuera, aunque cuando no hay amor por uno mismo  siempre se piensa que hagamos lo que hagamos, siempre seremos feas para nuestra pareja. No tanto porque ella se diera cuenta de eso, sino porque su marido siempre estaba ausente, no física sino espiritual o moralmente (como quiera verlo). En fin, ella era una persona inteligente, ordenada y discreta, muy dada a administrar su hogar. De hecho lo hizo muy bien, porque sus hijos todos fueron profesionistas y no dependían de ellos, sino que, al terminar sus carreras profesionales empezaron a independizarse. Existen otras familias de las que no se puede decir lo mismo. Pero esta mujer no era feliz. A pesar de no tener problemas económicos graves, siempre estuvo un poco triste porque sentía que su marido no la amaba  y no apreciaba ninguna de todas las cualidades que ella tenía, ni valoraba todo el esfuerzo que ella ponía en cada detalle para que su hogar estuviera perfecto. Su marido era una caja fuerte, de esas que nadie le sabe la combinación para abrirla y saber que tiene adentro. El era y es una persona muy inteligente y muy hábil para las finanzas. Pero si sabía administrar su oficina a la perfección, parecía la obscuridad de su casa. ¿De qué sirve ser unas lámparas de muy buena calidad si no se tiene el servicio de luz y no hay dónde conectar la lámpara? Sirven para adorno nada más.



Entonces, ¿qué es lo que le da sentido a nuestras vidas? El amor mujeres,  el amor. El amor nos da el sentido del servicio, de la renuncia, del orden, de la sencillez, de la comprensión, de la confianza, del respeto. Muchas veces esperamos inútilmente a que el otro nos demuestre su amor y éste no llega. Entonces nos frustramos y nos amargamos la existencia. El amor perfecto sólo lo podemos encontrar en Dios. Nada ni nadie nos llenará como eso, seamos hombre o mujer. Por eso, nadie puede satisfacernos a plenitud. Siempre estamos insatisfechos. Pero si no tenemos retribución en cuanto a sentimientos o demostraciones de amor por parte de nuestra pareja, entonces ¿qué hacer? Primero que nada, la mujer se debe reconocer como persona útil, con valores, capacidades y habilidades que ella sabe que posee. Si acaso no existe en el mundo de su marido ¡crear su propio mundo! Y partir de allí. Seguir adelante con la alegría propia del deber cumplido. Ser tolerante y aceptar a los demás como son. ¡Esa es la misión! Pero si ella sabe que sería más feliz sola ¡adelante! Nunca es tarde para realizarnos como mujeres.

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