jueves, 11 de diciembre de 2014

Aceptándonos a nosotros mismos


¿Por qué será que siempre esperamos que alguien nos escuche, nos ponga atención, nos dé su cariño, nos acepte tal como somos? Porque sin duda nos queremos mucho. Y con todo, hay mucha gente que no se quiere a sí misma…..…ya ven ¡cuántos casos de suicidios! O quizá ocurran porque sienten que nadie los ama.

 Siempre estamos en busca de la felicidad sin darnos cuenta que la felicidad la hacemos nosotros, día a día, al igual que el amor…… ESE  está al alcance de nuestra mano, es más, nosotros somos el amor. ¿Existiría acaso el amor sin nosotros? Imposible. Pero dentro de nosotros está un espíritu que espera ser descubierto. Que pacientemente aguarda a que lo invitemos a compartirlo porque solo no puede estar. Somos  entes sociales por naturaleza. Y aunque la soledad es buena, el vacío del alma no es bueno. La soledad sirve para encontrarse a sí mismo y escuchar a Dios. Y puede ser disfrutada cuando sabemos que no hay nadie quien nos ponga límites. Podemos cantar, bailar, dormir, en fin, hacer lo que queramos, porque…………nadie nos ve ni nos escucha.

Necesitamos aprender a valorar la compañía cuando la tenemos, pero también la soledad cuando llegue. Siempre debemos encontrar un motivo que nos impulse a buscar una u otra, según lo necesitemos. Y recordar que el amor se cultiva. Amarnos a nosotros mismos no es malo es más, es el segundo mandamiento más importante. ¡Aprendamos a amarnos!.




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