¿Por qué será que
siempre esperamos que alguien nos escuche, nos ponga atención, nos dé su
cariño, nos acepte tal como somos? Porque sin duda nos queremos mucho. Y con
todo, hay mucha gente que no se quiere a sí misma…..…ya ven ¡cuántos casos de
suicidios! O quizá ocurran porque sienten que nadie los ama.
Siempre estamos en busca de la felicidad sin
darnos cuenta que la felicidad la hacemos nosotros, día a día, al igual que el
amor…… ESE está al alcance de nuestra
mano, es más, nosotros somos el amor. ¿Existiría acaso el amor sin nosotros?
Imposible. Pero dentro de nosotros está un espíritu que espera ser descubierto.
Que pacientemente aguarda a que lo invitemos a compartirlo porque solo no puede
estar. Somos entes sociales por
naturaleza. Y aunque la soledad es buena, el vacío del alma no es bueno. La soledad
sirve para encontrarse a sí mismo y escuchar a Dios. Y puede ser disfrutada
cuando sabemos que no hay nadie quien nos ponga límites. Podemos cantar,
bailar, dormir, en fin, hacer lo que queramos, porque…………nadie nos ve ni nos
escucha.
Necesitamos aprender a
valorar la compañía cuando la tenemos, pero también la soledad cuando llegue.
Siempre debemos encontrar un motivo que nos impulse a buscar una u otra, según
lo necesitemos. Y recordar que el amor se cultiva. Amarnos a nosotros mismos no
es malo es más, es el segundo mandamiento más importante. ¡Aprendamos a amarnos!.
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