Muchos
de nosotros no estamos acostumbrados a decir ciertas frases como: un “te quiero”……….¿por
qué? Quizá porque nadie nos enseñó, quizá porque nos da pena decirlo, quizá
porque no lo sentimos.
Pero
al igual que para aprender a caminar, tuvimos que caminar, ayudados o no, así
tenemos que aprender a decir: ¡te quiero! Porque al decirlo, damos lo mejor de
nosotros mismos; porque al decirlo, hacemos feliz a la persona a la que se lo
decimos…escucharlo decir a un amigo, amiga, hermano, pariente, novio, marido,
esposa, compañero, es algo que mueve nuestras emociones positivamente; nos
alienta saber que somos queridos; es música para nuestros oídos y nos mueve el
corazón.
Decir
“te quiero”, no nos quita nada y sí nos ayuda mucho. Esparcimos la buena vibra,
rociamos con el perfume del amor esas flores que se llaman: amistad, cariño,
comprensión, fraternidad, afecto, lealtad, que existen dentro de nuestro espíritu,
de ese espíritu que necesita emociones positivas para alimentarse y crecer. Por
eso hoy, digamos un ¡te quiero!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.