lunes, 17 de febrero de 2014

La inocencia.........perdida.


Meditaba yo acerca de la violencia que prevalece en nuestra sociedad y me preguntaba a qué se debía tanta inestabilidad, incertidumbre, miedo de parte de las mujeres en general y concluí que, de veras, cómo influye el ambiente familiar en los niños. Si sus padres se divorcian, si se pelean pero no se divorcian, si se gritan, si se golpean, si se humillan, si uno de los dos o ambos son ignorantes con respecto a qué clase de educación se les debe dar a sus hijos, o si son egoístas o vanidosos al grado tal, de vestir a sus pequeñas hijas como adultos y de manera altamente sensual y provocativa. ¡Si de por sí!.......cómo son algunos hombres que parece que desvisten a las chicas con su mirada…..pero bueno, esas personas que menciono, les permiten  sus hijitas vestirse como señoritas en edad madura y les permiten elegir el tipo y moda del vestuario. ¿Por qué razón ahora las tiendas infantiles han cambiado la moda femenina y se venden zapatitos con tacón alto, vestiditos pegados al cuerpo, o un escote muy pronunciado? Porque saben  que las niñas los prefieren y convencen a su madre (sobre todo) para que les compren ese tipo de vestuario.                 

                                                        



Y si amigos, no me olvido de los programas de televisión donde las mamás compiten a ver cuál de sus hijas se contornea mejor, cuál aparece más sexy y las pintarrajean a más no poder. Ojalá que este tipo de programas no nos llegue y nos influya, porque….no sé qué va a pasar. Bastante tenemos en nuestra sociedad con esos bichos que se dedican a vender y prostituir a nuestros niños. De veras que en este instante deberíamos prender una ¡Alerta Ambar! para todos los que tienen en su casa, pequeños a quienes cuidar. Y esos niños, que ahora lo son, crecerán y serán unos adolescentes con un alto índice de vanidad, inseguridad, codicia, soberbia, envidia y no sé qué más y luego serán unos adultos …..¿degenerados?…..posiblemente, pero pongo en duda la estabilidad de una familia futura para cualquiera de ellos, ahora rodeados de un ambiente falso y lleno de oropel y fantasía.

Ya no se sabe si los niños son inocentes o no, pero ¿quién no querría proteger a sus niños frente a tal amenaza? Dejemos que los pequeños disfruten su tierna infancia y rodeémosles de cariños y cuidados.

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