jueves, 11 de julio de 2013

El principio de la felicidad





Desarrollar el tema de la felicidad parece ser un tema difícil y de verdad lo es. Porque cada quien es feliz según sus propios anhelos o ideales. Pero en lo que creo que todos coincidimos es en que la felicidad es lo mejor que existe, lo que nos hace sentirnos plenos, realizados, contentos, satisfechos y sin desear nada más.

Para un niño quizá ser feliz consista en conseguir aquella bicicleta que tanto desea. Para un adolescente triste pudiera ser, ver que sus padres se amen, se reconcilien y que no se lastimen más. Para un enfermo sería recobrar la salud; en fin, la felicidad es todo lo contrario de lo negativo, de las malas vibras, de las enfermedades, de la pobreza, del hambre, de la soledad, del rechazo, de la discriminación, de las humillaciones, de la libertad perdida y de la ignorancia.

Muchas veces no vemos cuántas cosas buenas nos pasan, pareciera que estamos ciegos. No vemos la salud que en este momento tenemos, la familia que nos rodea, el hecho de contar con una casa, con un abrigo, con lo básico para alimentarnos. No vemos o quizá sí, todos los beneficios que nos proporciona el sol, el agua, el viento, las palabras de aquella persona, tan oportunas. No vemos o no queremos ver cuánta gente nos quiere bien: nuestros padres, hermanos, amigos, compañeros, nuestra pareja. Nos damos cuenta del valor tan tremendo de aquella persona querida, hasta que la perdemos. Nos lamentamos de no haber compartido con ella nuestro cariño o los bienes que teníamos. ¿Por qué buscar un “especial” o “rebajado” para un ser querido, sobre todo, si ese ser querido es nuestro padre madre o hermano? ¿No se merecen ellos algo más de lo que pensamos gastarnos en ellos? Luego, cuando se han ido de este mundo o de nuestro lado, nos lamentamos por años y años.

Dejar de lado tanto egoísmo de nuestra parte, tanta avaricia, envidia, egoísmo, vanidad y todos los males que traemos dentro de nosotros mismos, nos causaría mucha felicidad, esa que estamos buscando. Y saber ver todas las pequeñas cosas que hacen que nuestra vida sea grata y plena. Saber despertar en nosotros esa particular capacidad de VER. Y ser agradecidos con nuestro creador por todo eso que obtuvimos gratis: la naturaleza con todos sus beneficios. Abrir los ojos de nuestro corazón y empezar a ser felices con lo que tenemos y con lo que somos.

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