miércoles, 26 de junio de 2013

Ni modo......los genes.


Comentábamos el otro día acerca de cuánta similitud hay entre los miembros de una misma familia y me doy cuenta cuando veo a una de mis hijas hablar más o menos como yo, ser impaciente, terca, quejumbrosa pero también inteligente y prometedoramente exitosa, aún no sé si como yo. Quizá las otras no sean tan idénticas a su mamá, pero sí se parecen a su papá o a alguna de las tías o abuelas, al menos en el carácter. Muchas veces cuando los hijos se equivocan en algo o son berrinchudos sale a flote el tema de la comparación con uno de los progenitores al igual que cuando salen con calificaciones brillantes.

Sin embargo, cada quien es original según mi modo de ver. Aunque hable como uno o tenga los mismos rasgos o los mismos gestos. Lo bueno sería que los hijos llevaran en sus genes solo lo positivo de cada uno de sus padres, pero no puede ser y a veces la herencia genética es determinante. Creo sin embargo, que si nosotros empezamos a cambiar para bien aquellos aspectos negativos que heredamos de nuestros padres y que prevalecen en nosotros mismos, el final de la historia de nuestros hijos será diferente. Porque así como llevamos en nuestras células todas las enfermedades por herencia de los nuestros, igual podemos cambiar el curso de la historia si nos alimentamos de mejor manera, si hacemos ejercicio, si llevamos una mejor calidad de vida. Creo también firmemente, que los hijos de aquellos cuyos padres fueron drogadictos, ladrones, alcohólicos, viciosos, estafadores o criminales, pueden cambiar también el rumbo de su vida hacia lo positivo. Creo que si sabemos cuál es la herencia genética que portamos según nuestro árbol genealógico, podemos echar mano de todas las técnicas y conocimientos modernos que nos ofrece la ciencia para enderezar el rumbo y mejorar, sin olvidar lo bueno y noble de la fe religiosa.

Al igual sucede con las personas que han nacido con algún defecto físico o que no les gusta su nariz, su boca u otra parte de su cuerpo y la corrigen con la ciencia de la Estética y de la Cosmetología. Al igual se puede con lo moral, lo psicológico, lo biológico, aunque a veces haya cosas que no podremos cambiar jamás. Lo que sí se puede y se debe de hacer, es mejorar el ambiente moral y religioso de nuestros hijos, si nosotros no lo tuvimos. El ejemplo de nuestros padres fue un factor determinante en nuestras vidas. Igual lo será el nuestro en nuestros hijos. Por eso no siempre se puede culpar a los genes aduciendo….ni modo, son los genes.
 
                                                                  

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