martes, 18 de junio de 2013

¿Te dejas influenciar por todo?

                                                             
Cuando era joven, escribía para un periódico estudiantil de aquellos tiempos y dado que me gusta aconsejar a los demás tuve la oportunidad de criticar la película “Dr. Zhivago”. En lo particular me afectó el hecho de que el actor se olvidara de su esposa y se fijara en “Lara”, una hermosa mujer a la que tuvo que abandonar. A raíz de esa crítica, el administrador de uno de los cines de mi ciudad me mandó llamar y me dijo que no importaba si hablaba bien o mal de la película, lo importante para él, era que se hicieran comentarios al respecto. Lo cual significaba que era importante para muchos cualquier tipo de crítica. También me dijo que la influencia en el cine era tan grande que, como las escenas de esa película  se desarrollaban en un lugar muy helado, la gente salía en los intermedios a comprar palomitas para calmar el frío, aunque afuera estaba haciendo un calor tremendo.

Insisto una y otra vez en lo perniciosa que es la publicidad negativa, la que destruye la moral y la buena conducta de la gente. La que sostiene que lo moderno es lo que ellos publican, así sea sexo libre, pedofilia, violencia en cualquier lugar a fin de sentar un precedente de poder, en fin, todos los actos encaminados a cambiar de rumbo el correcto sentido del bien común. No nos damos cuenta pero poco a poco nos hemos ido alejando de lo que significa la bondad, la verdad, el amor. Hemos cambiado de rumbo. Nos molesta todo lo que se refiere a normas de conducta, religión, Etica, Moral, normas de urbanidad, etc. Lo moderno no es solo lo que los jóvenes quieren. Es lo que la experiencia nos dicta que es lo más adecuado, lo mejor, lo más razonable. ¿Para quién? Para todos. Antiguamente los ancianos eran los que dirigían las pequeñas comunidades por ser ellos los más sabios. Hoy por hoy, los jóvenes creen que ellos pueden manejar el mundo y ¡claro que podrían! si supieran cuál es el rumbo correcto.

Volviendo al tema, es preciso no dejarse influenciar por ningún anuncio sin antes analizarlo cuidadosamente. Nadie tiene la verdad absoluta en sus manos. Por eso, cuida lo que lees y si tienes dudas, detente, pregunta a otro más sabio que tú, consulta. No todo lo que dicen los libros es verdad. Hay gente que ha matado por dejarse influenciar por películas agresivas; o que han aprendido a robar porque en el cine lo aprenden. Y en fin, gente que tiene la mente y el corazón débil, tan débil que se hacen esclavos de lo que escuchan o leen, enajenando su propia voluntad. ¡Cuida a los tuyos!

 

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