domingo, 31 de marzo de 2013

Asuntos pendientes


Como siempre, la mayoría de las veces dejamos cosas pendientes para otro día, ya sea porque no nos alcanza el tiempo o porque lo sentimos de menor importancia. Pensamos que lo más importante es: comer, trabajar, descansar, divertirnos….darnos el gusto de vivir cada día y si es posible, cada minuto del día. Y es normal que cada quien disfrute a su manera su vida. Pero, también es cierto que cada día que transcurre, otras personas no pueden hacer lo que nosotros normalmente hacemos. Muchos de ellos no comen, no descansan, no son felices. Algunos son esclavos de sus vicios, otros están desesperados por no encontrar trabajo, otros no pueden trabajar porque están enfermos o discapacitados, otros están tan deprimidos por algún problema emocional o moral que lo único que les importa es cómo acabar con tanto sufrimiento y a veces se arman de valor y acaban con su propia vida.

Muy pocas veces nos encontramos de frente ante situaciones tan tristes y deprimentes de niños abandonados, huérfanos, maltratados o vendidos y entonces le cambiamos de canal a nuestro televisor o le sacamos la vuelta al momento, porque no nos gusta sufrir. ¿Y a quién le gusta sufrir? No hacemos conciencia que todas esas personas son como nosotros, humanos también. Preferimos estar sordos y ciegos ante esas situaciones injustas de la vida y sentimos que a nosotros no nos corresponde aliviar su situación. Y si a nosotros no nos toca, entonces ¿a quién le toca?

Siempre, pero siempre nos corresponde la tarea de mejorar en algo la situación de cualquier persona que sufra pero ¿cómo? Hay tanta gente en el mundo recibiendo cheques de jubilados, pensiones económicas, rentas, intereses de ahorros o certificados de depósitos, herencias y gente que como nosotros, viven con el sueldo que su trabajo les proporciona. ¿Por qué no hacer algo con un mínimo de esfuerzo o una milésima parte de nuestro dinero o de nuestro esfuerzo por aliviar el sufrimiento de las personas que lo necesitan? ¿Por qué ese afán de dejarle tantos bienes materiales a nuestros hijos, cuando ellos son auto suficientes? ¿Por qué no apartar un poquito de lo que tenemos para donarlo a alguna Institución de huérfanos, a algún Asilo de ancianos, a algún Hospital pobre? Estos asuntos pendientes de nuestra conciencia no deben seguir así porque….¿cuándo nos tocará rendir cuentas de nuestra existencia?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.