viernes, 1 de julio de 2011

AMISTAD


“No hay amor más grande que el que da la vida por sus  amigos”. Esta es la mejor frase que se pudo haber escrito. ¿Quién daría la vida por un amigo? Quizá la demos por nuestros hijos, pero también hay que reconocer que hay muchas personas que darían la vida por un amigo.
Un amigo es el que no nos abandona nunca, aunque no esté cerca de nosotros. Es aquél con el que sabemos que podemos contar. Que conoce nuestras virtudes y nuestros defectos, nuestros secretos y nuestras debilidades. Está de más decir que un “amigo verdadero” es decir un pleonasmo, porque, o se es amigo o no se es. Si no es verdadero entonces no es amigo. Las virtudes del amigo son: la discreción, la responsabilidad de poder contar con su ayuda, la disponibilidad de prestar un servicio, la apertura para aceptarnos tal como somos y la tolerancia ante cualquier discrepancia de ideas. El afecto que une a los amigos no tiene comparación. Por eso, cuando se recibe una traición de parte de un “amigo”, el dolor es inmenso porque nos damos cuenta que no era un fiel amigo. Hay un sentimiento de orfandad, sin nadie a quien recurrir, porque depositamos toda la confianza en él. Alguna vez durante mi adolescencia tuve una amiguita con la que conviví casi 7 años; yo diría que casi no podíamos estar la una sin la otra, hasta que se llegó el día final de su joven vida y murió a los 18 años. Quedé desolada. La vida en ese tiempo careció de importancia para mí. Hasta que otra nueva amiga llegó. También de ella guardo excelentes recuerdos. Un día fui a buscarla para comentarle que mi novio y yo acabábamos de terminar nuestra relación. Ella, afligida por mí, me comentó que mi ex novio acababa de irse de su casa y que le había propuesto una relación de noviazgo. Me dijo que "hombres había muchos pero amigas no". Imagínense los sentimientos que tuve en esa ocasión. Nunca la olvidaré. Es de muchas maneras que sabes con quién puedes contar. Dicen que es “mejor un amigo que un peso en la bolsa”. Así es: los amigos son en las buenas y en las malas, en la riqueza o en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Si esto define la amistad ¿cómo deberá ser entonces la relación de un matrimonio?
Seamos siempre  amigos sinceros para quien nos necesite. Guardemos sus secretos eternamente y abramos nuestro corazón para él. Cuidemos a nuestros amigos.


                                                              (Click sobre la imagen para ampliar)

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