domingo, 28 de diciembre de 2014

¡Año Nuevo!...............¡Nuevas Esperanzas!








¿Tendría razón de ser la vida, sin la esperanza? No creo. Por eso sufren los desesperados. Por eso sufren los escépticos e incrédulos; porque si no creen en nada ni en nadie…..¿qué les espera? ¿para qué viven? ¿cuál es el motivo que los hace seguir adelante?

Es tan importante tener algo o a alguien por quien vivir ¿no es verdad? Cuando nos sentimos amados, valorados; cuando alguien piensa en nosotros y se toma la molestia de llamarnos, de escribirnos, de regalarnos un dulce, una flor, una pelota, un juguete…¡qué sé yo! Algo que aunque no haya costado mucho, signifique mucho; eso es muy importante……… saber que alguien pensó en nosotros. Cuando tenemos ilusiones por llegar a una meta, cuando nos sentimos parte de una comunidad que avanza porque somos parte de ella, en fin, cuando vemos que vale la pena vivir.

Cuando mis hijas me regalan algo, lo que sea, es tan valioso para mí como si me hubiesen regalado un millón de dólares. Cuando me llaman por teléfono, a veces sólo para decirme ¡te quiero mami!, entonces el cielo se abre y puedo sentir a Dios y su enorme bondad para conmigo.

Por eso, deseo con todo mi corazón que este año sea de nuevas esperanzas, de ilusiones nuevas, de renovar la actividad del espíritu y ¿por qué no? la actividad mental y física….y recordar siempre que una sonrisa, un “te quiero”, un saludo, es gratificante tanto para el que lo hace como para el que lo recibe. No nos cansemos nunca de dar y de amar.

martes, 16 de diciembre de 2014

Di......¡te quiero!


                                     

Muchos de nosotros no estamos acostumbrados a decir ciertas frases como: un “te quiero”……….¿por qué? Quizá porque nadie nos enseñó, quizá porque nos da pena decirlo, quizá porque no lo sentimos.

Pero al igual que para aprender a caminar, tuvimos que caminar, ayudados o no, así tenemos que aprender a decir: ¡te quiero! Porque al decirlo, damos lo mejor de nosotros mismos; porque al decirlo, hacemos feliz a la persona a la que se lo decimos…escucharlo decir a un amigo, amiga, hermano, pariente, novio, marido, esposa, compañero, es algo que mueve nuestras emociones positivamente; nos alienta saber que somos queridos; es música para nuestros oídos y nos mueve el corazón.

Decir “te quiero”, no nos quita nada y sí nos ayuda mucho. Esparcimos la buena vibra, rociamos con el perfume del amor esas flores que se llaman: amistad, cariño, comprensión, fraternidad, afecto, lealtad, que existen dentro de nuestro espíritu, de ese espíritu que necesita emociones positivas para alimentarse y crecer. Por eso hoy, digamos un ¡te quiero!

jueves, 11 de diciembre de 2014

Aceptándonos a nosotros mismos


¿Por qué será que siempre esperamos que alguien nos escuche, nos ponga atención, nos dé su cariño, nos acepte tal como somos? Porque sin duda nos queremos mucho. Y con todo, hay mucha gente que no se quiere a sí misma…..…ya ven ¡cuántos casos de suicidios! O quizá ocurran porque sienten que nadie los ama.

 Siempre estamos en busca de la felicidad sin darnos cuenta que la felicidad la hacemos nosotros, día a día, al igual que el amor…… ESE  está al alcance de nuestra mano, es más, nosotros somos el amor. ¿Existiría acaso el amor sin nosotros? Imposible. Pero dentro de nosotros está un espíritu que espera ser descubierto. Que pacientemente aguarda a que lo invitemos a compartirlo porque solo no puede estar. Somos  entes sociales por naturaleza. Y aunque la soledad es buena, el vacío del alma no es bueno. La soledad sirve para encontrarse a sí mismo y escuchar a Dios. Y puede ser disfrutada cuando sabemos que no hay nadie quien nos ponga límites. Podemos cantar, bailar, dormir, en fin, hacer lo que queramos, porque…………nadie nos ve ni nos escucha.

Necesitamos aprender a valorar la compañía cuando la tenemos, pero también la soledad cuando llegue. Siempre debemos encontrar un motivo que nos impulse a buscar una u otra, según lo necesitemos. Y recordar que el amor se cultiva. Amarnos a nosotros mismos no es malo es más, es el segundo mandamiento más importante. ¡Aprendamos a amarnos!.