Meditaba
yo acerca de la violencia que prevalece en nuestra sociedad y me preguntaba a
qué se debía tanta inestabilidad, incertidumbre, miedo de parte de las mujeres
en general y concluí que, de veras, cómo influye el ambiente familiar en los
niños. Si sus padres se divorcian, si se pelean pero no se divorcian, si se
gritan, si se golpean, si se humillan, si uno de los dos o ambos son ignorantes
con respecto a qué clase de educación se les debe dar a sus hijos, o si son
egoístas o vanidosos al grado tal, de vestir a sus pequeñas hijas como adultos
y de manera altamente sensual y provocativa. ¡Si de por sí!.......cómo son
algunos hombres que parece que desvisten a las chicas con su mirada…..pero
bueno, esas personas que menciono, les permiten
sus hijitas vestirse como señoritas en edad madura y les permiten elegir
el tipo y moda del vestuario. ¿Por qué razón ahora las tiendas infantiles han
cambiado la moda femenina y se venden zapatitos con tacón alto, vestiditos
pegados al cuerpo, o un escote muy pronunciado? Porque saben que las niñas los prefieren y convencen a su
madre (sobre todo) para que les compren ese tipo de vestuario.
Y
si amigos, no me olvido de los programas de televisión donde las mamás compiten
a ver cuál de sus hijas se contornea mejor, cuál aparece más sexy y las
pintarrajean a más no poder. Ojalá que este tipo de programas no nos llegue y
nos influya, porque….no sé qué va a pasar. Bastante tenemos en nuestra sociedad
con esos bichos que se dedican a vender y prostituir a nuestros niños. De veras
que en este instante deberíamos prender una ¡Alerta Ambar! para todos los que
tienen en su casa, pequeños a quienes cuidar. Y esos niños, que ahora lo son,
crecerán y serán unos adolescentes con un alto índice de vanidad, inseguridad,
codicia, soberbia, envidia y no sé qué más y luego serán unos adultos …..¿degenerados?…..posiblemente,
pero pongo en duda la estabilidad de una familia futura para cualquiera de
ellos, ahora rodeados de un ambiente falso y lleno de oropel y fantasía.
Ya
no se sabe si los niños son inocentes o no, pero ¿quién no querría proteger a
sus niños frente a tal amenaza? Dejemos que los pequeños disfruten su tierna
infancia y rodeémosles de cariños y cuidados.