jueves, 16 de mayo de 2013

¿Qué te pasa, mujer?


                                         


Estoy segura que muchas de las historias que he relatado, se asemejan a la vida de algunas de nosotras. Pareciera que alguna me hubiera contado su vida y yo la he narrado aquí. Pero no. Simplemente sucede que casi todo lo nuestro se parece, al igual que con los sucesos de los varones. Algunos enfrentamos problemas emocionales, morales o psicológicos que hemos resuelto satisfactoriamente, otros no. Pero precisamente por esto, es que las situaciones problemáticas que hemos vivido, deben comentarse, a fin de ayudarnos unos a otros.

Este es un espacio abierto para el mejoramiento integral de personas de buena voluntad. Por lo mismo, se aceptan toda clase de comentarios. Es necesario que abramos nuestro corazón tan lleno de cosas positivas para alejar toda la negatividad que nos rodea y nos alcanza, nos desanima y va destruyendo nuestra auto estima. Precisamente refiriéndonos a este mismo tema, comentábamos con tristeza, cuántas mujeres se habitúan al mal trato, a ser humilladas, a ser ignoradas o golpeadas físicamente. Finalmente estas mujeres, pierden su valor por sí mismas y se consideran objeto de servicio y justifican todos los golpes recibidos……sienten que todo eso se merecen, aunque aún no saben por qué. Hay mujeres que han sido golpeadas desde recién casadas (para que entiendan quién es el que manda en la casa); mujeres que el esposo o su pareja las encierra en el baño de su casa para golpearlas a gusto y que los hijos no se den cuenta (no sea que piensen mal de su papá); mujeres que por tener 3 ó más hijos no pueden salir a trabajar y cada día deben pedir dinero para la comida y hasta para 1 kilo de tortillas. ¿Por qué? Para que no se le olvide quién es el que trae el dinero a la casa. Total, el que “trabaja” es el marido ¿y la mujer? ¡Ella no trabaja! O ¡Ella no produce!......eso es lo que se piensa. Lavar la ropa, plancharla, asear la casa, hacer la comida, lavar los platos, etc., etc., ¡oh no! ¡eso no es trabajo! Y ya bien cansada, seguir con las obligaciones propias de mujer de su marido por las noches.
 Mujeres ¡despierten!  Llénense de valor y con toda la inteligencia y sagacidad que les caracteriza, organicen su vida y la de su familia. Véanse al espejo y miren cuánta belleza ha creado Dios al hacerlas perfectas, no permitan que las destruyan. Su amor, su creatividad y su sensibilidad es lo que caracteriza a la mujer de todos los tiempos.

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