Estoy
segura que muchas de las historias que he relatado, se asemejan a la vida de
algunas de nosotras. Pareciera que alguna me hubiera contado su vida y yo la he
narrado aquí. Pero no. Simplemente sucede que casi todo lo nuestro se parece,
al igual que con los sucesos de los varones. Algunos enfrentamos problemas
emocionales, morales o psicológicos que hemos resuelto satisfactoriamente,
otros no. Pero precisamente por esto, es que las situaciones problemáticas que
hemos vivido, deben comentarse, a fin de ayudarnos unos a otros.
Este
es un espacio abierto para el mejoramiento integral de personas de buena
voluntad. Por lo mismo, se aceptan toda clase de comentarios. Es necesario que
abramos nuestro corazón tan lleno de cosas positivas para alejar toda la
negatividad que nos rodea y nos alcanza, nos desanima y va destruyendo nuestra
auto estima. Precisamente refiriéndonos a este mismo tema, comentábamos con
tristeza, cuántas mujeres se habitúan al mal trato, a ser humilladas, a ser
ignoradas o golpeadas físicamente. Finalmente estas mujeres, pierden su valor
por sí mismas y se consideran objeto de servicio y justifican todos los golpes
recibidos……sienten que todo eso se merecen, aunque aún no saben por qué. Hay
mujeres que han sido golpeadas desde recién casadas (para que entiendan quién
es el que manda en la casa); mujeres que el esposo o su pareja las encierra en
el baño de su casa para golpearlas a gusto y que los hijos no se den cuenta (no
sea que piensen mal de su papá); mujeres que por tener 3 ó más hijos no pueden
salir a trabajar y cada día deben pedir dinero para la comida y hasta para 1
kilo de tortillas. ¿Por qué? Para que no se le olvide quién es el que trae el dinero
a la casa. Total, el que “trabaja” es el marido ¿y la mujer? ¡Ella no trabaja! O
¡Ella no produce!......eso es lo que se piensa. Lavar la ropa, plancharla,
asear la casa, hacer la comida, lavar los platos, etc., etc., ¡oh no! ¡eso no es
trabajo! Y ya bien cansada, seguir con las obligaciones propias de mujer de su
marido por las noches.
Mujeres ¡despierten! Llénense de valor y con toda la inteligencia
y sagacidad que les caracteriza, organicen su vida y la de su familia. Véanse
al espejo y miren cuánta belleza ha creado Dios al hacerlas perfectas, no
permitan que las destruyan. Su amor, su creatividad y su sensibilidad es lo que
caracteriza a la mujer de todos los tiempos.
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