miércoles, 18 de enero de 2012

EN FAMILIA

Nunca piensa uno  si al casarse, la vida nos deparará felicidad o tristeza o si ambas. Lo que sí sabemos es que eso de que “y fueron felices para siempre” sólo existe en los cuentos. Bueno, creo que siempre existirá variedad. Algunas veces reiremos, otras, lloraremos por nosotros mismos, por nuestra pareja o por nuestros hijos.
Uno cree que al crecer los hijos y casarse, se acabaron tooooodos los problemas, cuando en realidad apenas empiezan. Ya porque algún hijo se peleó con su mujer, ya porque la hija está llorando por los engaños o desaires de su flamante marido, ya porque el nieto está enfermo o tiene algún problema en la escuela. La verdad es que lo único que podemos hacer es, rezar porque nuestros hijos salgan adelante, despacio o rápido, pero siempre adelante. Que puedan resolver los problemas del día, estemos o no nosotros, porque no sabemos cuántos años más vamos a durar para seguir aconsejándolos.
Por esto, debemos sentarnos a platicar con nuestros hijos, casados o no. Aconsejarlos, lo pidan o no. Ofrecerles nuestro apoyo incondicional, esperando que no abusen dejándonos a los nietos todos los fines de semana o todas las vacaciones escolares. Hacer hincapié que somos los abuelos que quisiéramos consentir a los nietos, mas no desempeñar el papel que sólo les toca a ellos: el de padres. Y sobre todo, no maleducar a esos pequeños que todo quieren y si no lo obtienen, lloran a todo pulmón. Ni tampoco permitirles que nos falten al respeto. Se les debe poner un límite.
La familia es así y nosotros, los que engendramos a estas personitas, debemos ser fuente de soporte y guía para todos los que vendrán a través de ellos. Amarlos sobre todo y si es necesario, castigarlos sin golpes pero sí con energía, de tal manera que, al crecer, no paguen las consecuencias de haber crecido sin  tener a nadie que los reprendiera por los daños que ocasionaron con su mala conducta; en fin, que sientan que crecieron  "en familia".

1 comentario:

Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.