lunes, 7 de noviembre de 2011

El Progreso y la Educación

 Sin educación no hay progreso. Pero el progreso ¿cómo se consigue? A pesar de que nuestro Sistema Educativo deje mucho que desear, quizá la culpa no es toda de ellos es decir, de los encargados de enseñar a nuestros jóvenes todo el bagaje cultural necesario para el desarrollo de cada quien. A pesar de que los maestros se preparen eficientemente, en la casa cada quien puede aportar algo de su propio conocimiento. Ya ahora, tenemos una muy mala calidad de enseñanza en todos los niveles. Y es cierto que algunas instituciones educativas se preocupan bastante por ello. Sin embargo, miren las encuestas y entérense cuántos maestros salieron reprobados en un examen nacional ¿Qué es lo que sucede?
Simplemente revisen los periódicos, las revistas o los pizarrones de anuncios. Hay muchas faltas de ortografía, Prosodia, Sintáxis; errores garrafales de Gramática en general. Empezando por allí y terminando en la Universidad, se llevan y les permiten a los estudiantes escribir y leer como un niño de Primer grado de primaria.  Sucede que los estudiantes al terminar su carrera creen que ya lo han aprendido todo. Que se pueden enfrentar al mundo y demostrar que son profesionistas. Lo que no saben es que para ser buenos profesionistas deben ser profesionales. Los maestros preparan sus clases según el programa que les presenta la escuela o academia en donde van a trabajar. Pero, ¿Qué tal si un alumno sabe más que ellos? ¡Y se molestan si alguien les señala un error!  Pero no solamente ellos cargan con toda la responsabilidad, también los directivos quienes no les permiten reprobar a más de uno o dos alumnos por año. Cuando a veces dan ganas de reprobar a todo el grupo, porque no se saben ni las tablas de multiplicar.
Creo sinceramente que los maestros deben prepararse arduamente: en su casa, en la biblioteca, por Internet, por donde sea, pero  PREPARARSE. Y no solo ellos,  sino también los arquitectos, médicos, ingenieros, contadores, etc., etc. Hay médicos que de veras dan ganas de recetarle uno mismo. Gente con el criterio tan cerrado que no permiten ni una sugerencia, indicación y ¡cuidado con decirle que ya fue usted con otro médico antes que él! Lo ofenderá de manera gravísima y después, si no lo corre antes, ya nada será igual entre ustedes. Médicos que solo estudiaron para sobrevivir pero que no tienen nada de vocación. Y lo mismo digo de los demás profesionistas. Abogados que ya solo con verlos, cuesta un dineral y luego traen a vuelta y vuelta a sus clientes.  Necesitamos gente con ganas de superarse, de servir. Gente honesta consigo mismo y con los demás. ¡Señalar las lacras de la sociedad es servirla!

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