jueves, 4 de agosto de 2011

LA ESPERANZA

De veras que la Esperanza es una virtud, pero ¿dónde encontrarla? Esperar sin desesperar, tener fe, confiar en que algo o alguien acudirá en nuestra ayuda, pero ¿quién? Ahora que hemos expulsado a Dios de nuestros colegios, de nuestra sociedad, de nuestra familia y hasta de la iglesia ¿cómo llamarlo de nuevo? Y si siempre hemos creído que Dios era el Mago todopoderoso que siempre cumplía nuestros deseos ¿qué hacer  cuando hoy tenemos miedo?  Sí, miedo por nuestras vidas, por nuestros hijos, por nuestros bienes. Ya ni volteamos al cielo.
La fe y la esperanza van de la mano. No viven la una sin la otra, pero ellas no vendrán si no tenemos a Dios en nuestro corazón. La libertad que nos fue dada desde el principio de la creación, ha sido violentada, transgredida y muerta a balazos por los delincuentes. Ellos son tan libres de dejar vivir o matar si así lo quieren. ¿Y nosotros?. Nosotros no estamos solos, simplemente que lo hemos olvidado. Necesitamos regresar al expulsado. Recibirlo de nuevo en nuestras familias, en nuestras vidas y aún, en nuestros templos. Dios no vendrá si no es solicitado. No vendrá si no lo llamamos, no vendrá si no es bienvenido. No olvidemos que también nosotros somos libres, libres para pedirle a Dios que nos ayude. El conoce. El sabe. Invoquémoslo diariamente al salir de nuestras casas, al empezar el día. Bendigamos  a nuestra familia y pidamos a Dios que regrese la paz.
                                                              

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