jueves, 2 de junio de 2011

UNA PALABRA DE ALIENTO A LA MUJER



                                                




Si realmente la mujer sabe lo que vale, no debe subestimarse, sino valorarse plenamente….¿cómo?
Primero, a partir de reconocerse plenamente como persona y como ser humano.  Pensar y meditar cuánto poder tienen uno solo de sus gestos, de sus actitudes, de sus palabras. A veces no nos damos cuenta, pero mucha gente depende de sus decisiones. No por ser muy ricas o bellas o muy cultas, sino por  ser MUJERES. Por tal motivo, es obligatorio participar en todas las actividades de la sociedad.
La mujer necesita estar súper consciente de su valor, no importa si los demás lo aprecian o no. La mujer es inteligente, hábil, sagaz y resiste mucho más al dolor que el hombre. Con esto, no se pretende devaluar al hombre,  sino aclarar que es muy diferente a la mujer.
En este tiempo tan crítico, en que nuestra sociedad parece  un caballo salvaje sin riendas, ¿qué mejor que la mano cariñosa, comprensiva y enérgica de la mujer para conducir a esta salvaje sociedad?. Si el hombre en su afán de procurar comodidad a la mujer, ha descuidado los valores  morales que se adquieren en la familia, entonces la mujer tiene la obligación de ir al rescate…¡antes de que la barca de la sociedad se hunda en el remolino turbulento del mar de egoísmos, ambiciones y desenfrenos!

Mujeres, cristianas o no, ¡se necesita iniciar la lucha por el bien común! Para que sus hijos puedan vivir, si no en la comodidad, sí en la tranquilidad. Rescatar lo que se pueda de los valores perdidos en la familia: el respeto a las cosas ajenas, el amor a la verdad y no a la mentira; el afecto al trabajo y no a la ociosidad; la solidaridad y no  el “me vale”,  el amor y cariño a la familia y a los amigos y el no a la adquisición de dinero sucio y rápido, etc., etc. Si no se pueden tomar las armas, sí se puede portar la más potente de ellas : ¡EL AMOR!. Acordémonos que el amor todo lo puede. No cegarse. El dinero no lo es todo. Ser firme en el hogar  y hacer lo que se debe hacer.  Si creemos que algo ha fallado, nunca es tarde para arreglarlo. Bastantes vidas jóvenes se han perdido en la actualidad para perder también la estabilidad emocional a que tenemos derecho. Por eso, si la mujer no participa, ¿quién lo hará? Encomendarse a Dios diariamente, a la familia y también a las amistades.  Bendecir siempre a la familia y a los que nos rodean, eso nos dará como dicen “buena vibra”. ¡Animo mujer, no estás sola!.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.