Yo diría que
somos de toda clase, tan diversa, que es como un campo lleno de flores, tan variadas
y tan hermosas que no sabes cuál escoger. La verdad: somos lo mejor que Dios
pudo haber creado. Tenemos en nuestro cerebro tan maravilloso y tan perfecto,
habilidades y capacidades que lo único que resta es decir: ¡Gracias Dios por
haber creado a la mujer!!!!
Podemos
hacer como el mago: una y mil cosas al mismo tiempo. Somos a la vez que
virtuosas, tremendamente ingeniosas, creativas, administradoras, ejecutivas,
organizadoras, supervisoras y coordinadoras. Claro que somos para lo bueno como
para lo malo. Y nos distinguimos también por las tremendas maldades que
planeamos. Ojalá que no hubiera ninguna mujer “mala”. La mujer está llena de
amor por donde quiera que se le vea. Es capaz de dar la vida por el ser amado,
no se diga por sus hijos. Es una leona cuando alguien intenta lastimarlos y es
también un ser suave como el algodón cuando quiere arrullar a sus bebés. La
mujer es miel, es dulce, es almíbar que salió del corazón de Dios. La mujer si
quiere, es un ser gigantesco cuando de proteger se trata. Sabe conducir desde
un hogar hasta un país. Desde un carro hasta un autobús. Si quiere, puede hacer
mil labores durante muchas horas a pesar de su cansancio para llevar de comer a
su hogar, cuando el marido murió, cuando está ausente, o cuando la abandonó a
su suerte después de haberla “usado”. La
mujer vale por sus virtudes, por sus conocimientos, por sus habilidades, por su
ternura y compasión. Por su lealtad, por su valor, por su fortaleza. Nada se
compara a la mujer. Por eso, la mujer debe conocer su dignidad y su valor como
persona. Por eso, debe estar atenta a ser tratada como se merece. Yo diría que
la mujer puede ser “auto-mujer”…puede ser independiente y seguir caminando por
la vida sin ataduras de cualquiera que la denigre, que la humille, que la
devalúe.
MUJER….¡¡¡¡¡¡SÉ
LO QUE ERES!!!!!!
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