jueves, 23 de febrero de 2017

La Cuaresma de nuestra vida

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Cada año es lo mismo: llega el miércoles de ceniza y vamos a que nos impongan la ceniza bajo el recordatorio: “polvo eres y en polvo te convertirás”….. Y empezamos a sentir la tristeza de nuestro pasado, de aquel pasado que vivimos y que nos pesa porque causamos daños a alguien u omitimos algunas acciones buenas que debimos haber hecho. Un día nacimos, un día moriremos…y estos 40 días de nuestra vida que Dios nos regala y que sin duda, Él espera complaciente que lo sorprendamos con nuestras actitudes, pasan inadvertidos para muchos de nosotros.

El número 4 en la Biblia, simboliza el universo material; seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la Tierra, con sus pruebas y dificultades…..por eso este texto se intitula “La Cuaresma de nuestra vida”,, porque somos en sí mismos el universo perfecto creado por Dios y vivimos un cierto período de tiempo en nuestro planeta, sorteando toda clase de eventos afortunados y desafortunados. Y si nosotros estamos conscientes del valor que tenemos como seres humanos, entonces deberíamos maravillarnos de todas las oportunidades que se nos brindan. Todo nos ha sido dado, pero sí hay algo que no….que lo generamos nosotros mismos y es a saber, el amor, el odio, el sufrimiento y la alegría. Entonces necesitamos, ¡nos urge realmente! conocernos, comprendernos y aceptarnos a nosotros mismos. Liberarnos del apego al dinero, al poder y al placer y ubicarnos en la libertad de mente y de espíritu, para aligerar un poco la carga que a través de los años hemos ido aumentando con nuestras indolencias o maldades.

¡Señor Dios: ayúdanos Tú para que, a partir de esta Cuaresma, nuestra vida sea más radical a tu lado y conociendo tu palabra seamos felices!

 

miércoles, 22 de febrero de 2017

UNA NUEVA EXPERIENCIA............DE DOLOR.


Desde que falleció mi hermana mayor de cáncer, siempre estuve temerosa de esa enfermedad y de sus alcances en mi familia. Ella murió de 39 años y dejó cuatro hijos: de 11, 9, 7 y 5 años respectivamente. Sin duda fue un golpe terrible para todos, una tragedia. Ahora después de 34 años el dolor ya pasó aunque su recuerdo perdura en nuestras mentes y nuestro corazón. Su esposo, sus hijos con sus respectivas familias han salido adelante y aprendieron a caminar con el dolor y la ausencia de mi hermana.

Quizá piensen que me gusta solazarme en el dolor y contar estas experiencias por masoquismo, pero no, se los aseguro. Es sólo otra nueva experiencia parecida a la de mi hermana. El cáncer aparece de nuevo en otra miembro de mi familia y, esta vez, se ha llevado a la hija de mi hermana de 42 años. ¡Nuevamente! Sobre esta enfermedad se dicen muchas cosas: que si es por stress, por la comida, por el ambiente, por los genes…..por lo que sea, ella se ha ido y ha dejado tres hijos. Sigue de nuevo, acostumbrarse a su ausencia tan alegre y optimista, aprender a caminar con el dolor y trazarse nuevos planes de aliento y esperanza para todos: sus hijos, sus padres, sus familiares.

Por todo esto, mis amigos, es muy importante revisar nuestro estilo de vida, no importa cuántos años tengamos, sobre todo, qué tanta serenidad tenemos en el espíritu, cuántos apegos tenemos hacia las cosas materiales, hacia lo prohibido, hacia lo que nos gusta pero nos hace daño…en fin, revisar si nos preocupamos demasiado por tener, tener y tener. Como dijo Alejandro Magno: nada nos llevamos al final: los tesoros quedan en el camino, las manos se van vacías. Sólo nos llevamos el bien y el amor que hayamos dispensado y dispersado a nuestro alrededor. Carguemos con nuestro dolor y sigamos adelante porque lo único seguro es que hay un final. ¡ÁNIMO!!!!!
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sábado, 18 de febrero de 2017

DEFECTOS Y VIRTUDES




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Hace poco me invitaron a un Curso de “Familias Unidas” que organiza la O.N.U. y veíamos entre muchas otras cosas, los  vicios o defectos y las virtudes de las personas que integran una familia. Cada asistente participó según sus experiencias y los encargados nos dirigieron muy bien con su preparación tan adecuada. Veíamos cuánta falta hace la conducción responsable de los adultos al frente de cada familia, sin contar las familias disfuncionales, y cuántas pequeñas cosas se pueden aportar en beneficio de construir una familia estable. Realmente muchas cosas sabemos pero no las practicamos y, muchas otras ignoramos, pero no acudimos por ayuda, por consejos necesarios, por pena, por ignorancia, por irresponsables.

Si realmente supiéramos qué fácil es hacer que una familia sea ordenada, estable, consciente y cariñosa, veríamos que nos falta mucho por hacer. Hay veces que los adultos fuimos criados de manera violenta, humillante o prepotente; o, por el contrario, fuimos criados por una familia muy permisiva. Los dos polos son negativos. Y llegamos de tal manera a fundar una familia con esos mismos parámetros o, por el contrario, nos vamos al extremo opuesto. Necesitamos abrir bien los ojos de nuestra sensibilidad para sentir y comprender a cada miembro de nuestra familia. Ver no sólo lo negativo o sus errores, sino también, sus aportaciones, su disponibilidad, su necesidad.  Ser tolerantes con ellos y, aprender a respetar sus posturas, sus gustos, sus inclinaciones, sus decisiones. Recordar siempre que dentro nuestro está un corazón que es afín por herencia y, por lo tanto, fluye lo que nos une, lo que nos identifica como familia. Somos y podemos con amor, por amor, comprender a nuestros hijos, abrirnos al diálogo con ellos, ofrecerles nuestra apertura a la tolerancia, sentar bases y reglas de conducta recordando siempre que ellos y nosotros tenemos derechos y obligaciones pero que también nos unirá la alegría y la tristeza, el rechazo o la aceptación, el triunfo o el fracaso. Y siempre, siempre una u otra modalidad será compartida por el resto de la familia. Felicito a todas aquellas familias que han sabido ser pilares sólidos para sus hijos. Comprensión e incomprensión entre la pareja siempre habrá, pero el amor por los hijos nos une. Es en aras de su felicidad que vale la pena trabajar juntos para lograr la solidaridad y la fortaleza en cada familia del universo. ¡Trabajemos por ello!