Estamos
en la segunda decena del siglo XXI y el
tiempo pasará y nosotros también….sólo perdurará lo que hayamos sembrado.
Siempre hemos escuchado que el odio genera odio y el amor genera amor, por lo
tanto…si sembramos semillas de maíz cosecharemos unos elotes hermosos, mazorcas
que terminarán en unas deliciosas tortillas de maíz y en un sinfín de platillos
cuya base es el maíz, producto de aquellas semillas que un día sembramos. Así,
en el corazón de nuestros hijos y de nuestros parientes y amigos, si sembramos
semillas de amor y amistad…¿qué cosecharemos? obviamente ¡AMOR!...¿Y para qué
sembraremos esas semillas de amor? Bueno la respuesta evidente es: el amor es
bueno, el odio es malo. El amor nos hace feliz y hace feliz a los que nos
rodean.……. el odio en cambio hará sufrir a quien lo padece y también a los que
lo rodean….además….¿quién quiere ser infeliz? Fuimos creados para ser felices.
Todo se nos dio a manos llenas. La Naturaleza es plena y perfecta. Falta
muchísimo por crear, por descubrir…falta mucho por entender a nuestra madre
Naturaleza pero, realmente todo está allí, esperando ser descubierto: en el
aire, en el mar, en la tierra, en las plantas, en los animales, en el espacio,
en nosotros mismos. Debe ser muy difícil tener el corazón vacio de amor y un
corazón así…debe sufrir mucho. Quizá por eso, el buen Jesús nos trajo su
Palabra para que nos llenásemos el corazón de amor, de alegría, la alegría que
es AMAR. Siempre que los corazones humanos tienen odio en vez de amor, es que
algo falló en su espíritu, en sus emociones, en el trato que recibió, en los
traumas que sufrió…no sabemos. Lo que sí sabemos es que todo tiene remedio,
pero dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver..¿no es así? Igual
que un enfermo por drogas o alcohol. Si él o ella no acepta su enfermedad
conscientemente, entonces quizá no acepte ayuda.
En
fin, invito a todos los lectores a que incrementen su fe. Una fe racional donde
nada nos pueda cambiar el corazón de positivo a negativo. Hay momentos en la
vida que tenemos que aprovechar y éste es uno de ellos: ¡Llenémonos de amor! Y
a cada saludo, con cada pensamiento, generemos amor hacia aquellos con los que
tratamos. La energía positiva se transmitirá de manera natural y esa persona
será bendecida el resto del día. ¡Hagamos fluir nuestra esencia positiva y
cambiaremos el mundo entero!.
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