domingo, 23 de noviembre de 2014

Evasión de nuestra responsabilidad


A veces pensamos que la mayoría de los problemas que la sociedad enfrenta en la actualidad, son temas que no nos atañen en nada a nosotros.

Si realmente todos viéramos que la sociedad en que vivimos….todos: latinos, alemanes, italianos, centroamericanos, etc., somos como una gran familia; y que, como familia, si a alguien le duele algo, toda la familia lo resiente; si a un hijo o a un hermano lo van a operar, ¡cómo nos preocupamos!; si tenemos una deuda qué pagar y no completamos……….¿qué vamos a hacer? Y ésta es la realidad: somos la gran familia humana, pero no hemos caído en la cuenta, que dependemos unos de otros, tanto que, si en Londres, la Banca va para abajo, todos vamos para abajo; si el ébola ya traspasó el océano Atlántico, entonces…¡cuidado! ¡Viene para acá!. Nos preocupamos solo cuando ya casi nos va a afectar en lo personal. De veras que no tenemos conciencia de lo que es este mundo, de lo que podemos hacer cada uno de nosotros si la tuviéramos.

Muchas cosas, muchas muertes, enfermedades, hambre, pobreza, ignorancia, están lejos, cuando leemos las noticias en los periódicos. Pero cuando la muerte o la enfermedad toca a nuestra puerta…….…entonces sí que nos sentimos desgraciados y deprimidos. Quizá vaya siendo tiempo de aportar y afrontar cada uno su responsabilidad: haciendo lo que le toca hacer. Basta ya de tanta corrupción; de tanta “tranza”; de engañar al otro; de ignorar a los que nos necesitan; de sacarle ganancia a todo; de enojarnos con todo el mundo; de dejar de pensar “pues así soy yo y ni modo”. No amigos. Necesitamos cambiar, porque del cambio individual, depende el cambio universal. Ese que queremos ver antes de irnos de aquí. ¡Los invito al cambio!

                              



martes, 11 de noviembre de 2014

Uno de mis dias.............



 
                                               




Las experiencias que se viven cada día son, en verdad, fabulosas, tanto como que podemos estar a un minuto de morirnos, como si estamos privados de la libertad, como si acaba de nacer nuestro hijo, como si estamos disfrutando plácidamente de una película.

Yo creo sinceramente que cada persona es un libro completo, porque tiene muchísimas cosas que contar. Todos somos diferentes, experimentamos diferente, sufrimos o gozamos diferente, en fin, tenemos muchas diferencias unos de otros. Pero nos damos cuenta, algunas veces, un poco tarde, de que ¡somos tan diferentes las mujeres de los hombres!

 La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a unas Conferencias sobre la Igualdad de Género y me gustó mucho lo que escuché.

Las mujeres en general, cuando somos pequeñas, somos ingenuas (antes solía decir “tontas”) pero ahora veo que era una falta de respeto para mí misma y para mis compañeras mujeres. Y esta ingenuidad que nos acompaña a través de la vida por un buen período de tiempo, va desapareciendo a medida que adquirimos la experiencia (a veces muy dolorosa) necesaria para ir desarrollando nuestras habilidades, astucias y mentalidad. ¿Qué es lo que nos hace cambiar? A veces el dolor de la incomprensión, de la infidelidad, de la soledad, de los insultos, de los golpes, de la violencia económica. Yo creo que por eso dicen……”mírala, ya sacó las uñas”.

Todas tenemos una historia que contar. Muchas de ellas son parecidas. Pero les tengo una noticia: ¡las cosas empiezan a cambiar! No importa cuántos años tengas….todavía puedes aprender que la vida no es solo sufrimiento, que tenemos ya mucha gente que se preocupa por estas situaciones de sufrimiento, de inestabilidad. ¿Tenemos una familia disfuncional? ¡Y qué! Hagámosla funcional. Las mujeres tenemos muchas habilidades y una super inteligencia, es cuestión de entenderlo y aceptarlo.  Acude a esos Centros de Orientación y Apoyo. No te quedes como estás.