Quien sabe cuántos de nosotros crecimos con todas las
comodidades necesarias…y cuántos de nosotros apenas sí tuvimos lo indispensable
para sobrevivir. Muchos aprendimos a trabajar por el ejemplo de nuestros
padres, otros porque, de no hacerlo, se morirían de hambre, otros por ser
personas responsables y aptas para laborar en lo que encuentran, en lo que les
gusta o en lo que son expertos según la profesión de cada quien. Pero en lo que
no logramos madurar los papás en lo que respecta a los hijos es, sin duda, en
la sobreprotección que les estamos brindando todavía, aunque tengan 30, 40 ó
más años. ¿No es cierto que muchos de nosotros cuando nuestro hijo o hija se
casó (por necesidad o por amor) les ofrecimos nuestra casa hasta que ellos
pudieran rentar algún lugar donde vivir? ¿No es cierto que ya cuando estaban
establecidos seguimos cuidando que no les faltara nada? Y, aún todavía hoy,
seguimos sintiéndonos indispensables. Quién sabe si ellos harán lo mismo con
sus hijos. ¿Por qué mejor no les enseñamos la necesidad de trabajar? Aunque
tengan todo lo necesario, el trabajo siempre será una fuente de vida.
Sabemos todos que el trabajo es indispensable, no solo porque es
una manera adecuada para obtener recursos económicos a corto plazo y beneficios
también, sino porque de no hacerlo…¿qué haríamos? Si hasta de descansar se
cansa uno. Pero en este mundo encontramos todo tipo de gente: gente que para no
hacerlo, se apropia de los bienes de otra (ladrones); gente que obtiene el
dinero de manera ilícita (defraudador o traficante de algo ilícito) y gente que
espera que sus necesidades se vean resueltas de manera milagrosa. Existe
también gente que no trabaja porque sus papás le dan todo. Y sabiéndolo, se
dejan apapachar. ¿ No se convierten ellos en unos irresponsables, en unos
chiflados, en unos dependientes? Y ¿quién tiene la culpa? ¡Los papás, claro! Y
algunos (que yo conozco) hasta se dan el lujo de mantener al novio de su hija.
¿Qué pasa en estas familias? Jóvenes que ya no desean casarse ni establecer una
familia porque en su casa lo tienen todo y aparte, pueden vivir con la novia
sin tener qué casarse…..¿a dónde vamos? ¿Qué clase de sociedad estamos
forjando? Padres de familia ¡dejen que sus hijos maduren! ¡Enderecen su camino!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por leer estas reflexiones personales y por tus comentarios.