martes, 22 de abril de 2014

¡ L i b é r a t e !


Muchas veces permanecemos “encajonados” en donde estamos, por miedo o inseguridad. No sabemos qué va a pasar cuando por fin renunciemos a lo que estamos acostumbrados. Y como dicen: “a todo se acostumbra uno, menos a no comer”. Pero cuando no somos felices en donde estamos o con quien estamos, entonces sentimos que una inquietud se apodera de nosotros y quisiéramos tener alas para liberarnos de aquello que nos esclaviza y nos limita o, al menos ese es el sentir de algunas personas. Pero, ¿qué es esto?

Sin duda alguna, es la paciencia que se ha ido agotando poco a poco y la resistencia nuestra para evitar sucumbir ante todos estos eventos que nos estresan, nos alteran y nos hacen sufrir. Nos vamos acostumbrando a las humillaciones, a los insultos, a las palabras groseras, al abandono, a la indiferencia, al desaire, a las burlas y quizá, hasta a los golpes, pero…..siempre sentimos que no nos merecemos todo aquello, que todo eso tiene que parar, debe detenerse.

No solo este ambiente negativo lo viven la mayoría de las mujeres, sino también hay hombres que no saben levantar su voz para se conozca su opinión; que son aplastados por los gritos y exigencias de su pareja, que más parece una madrastra que una amante compañía; hombres quizá acomplejados por algún trauma físico o psicológico y que creen que nadie más en el mundo los querrá así. Y soportan y toleran el mal genio y las protestas de su mujer. Qué lástima que haya en el mundo hombres y mujeres así: que no puedan reconocer su propio valor y que no luchen por encontrar su lugar adecuado.  Quizá a estas personas les haga falta alguien que les ayude a salir de ese estado; que las ubique en el lugar correcto; que las haga reconocer su valor real. Necesitan toda la ayuda que puedan encontrar: libros de auto superación personal, conferencias, entrevistas con algún Psicólogo o con algún grupo de apoyo para estas personas tan necesitadas de orientación. Existen en casi todas las ciudades del país. ¡Busquen ayuda! 
Basta ya de seguir soportando toda esta carga emocional. Es tiempo de soltar amarras, O......¿Es cierto que la costumbre es más fuerte que el amor? ¡Si fuera amor de verdad....no habría tanto sufrimiento. ¡Libérate! Hay que cambiar de rumbo, transformar ese espíritu de angustia que solo trae abatimiento. Defenderse de los abusivos, reaccionar. Y...recordar que el tiempo todo lo cura (aunque se sufra al principio). Es tiempo de libertad.

                                                                        


jueves, 10 de abril de 2014

Esto es mío.............






¿Qué es lo que tenemos que sea nuestro, propiamente nuestro? Nuestra casa, nuestros hijos, nuestra ropa, pertenencias incluyendo casa, muebles, joyas, carros, propiedades, bienes muebles e inmuebles decimos que son nuestros. ¿Y por qué razón lo decimos? ¡Porque nos ha costado! Dirán algunos o la mayoría de nosotros. Y es por esta misma razón que cuando perdemos algo de lo anterior, sea material o sea una pérdida de un ser querido nos duele muchísimo. Nos acostumbramos a tener aquello y a considerarlo nuestro. Bueno, en la escala de valores individual siempre será el primer lugar para los que amamos y……está bien.

El problema no es tener poco o tener mucho, el problema es que nos apropiamos de las cosas y aún de las personas con tanta vehemencia que casi no podemos con el dolor de perderlas. Realmente todo en lo absoluto nos ha sido regalado o nos ha sido permitido adquirirlo. Aunque haya en el mundo tanta gente indigna de poseer aquellos dones tan valiosos que hemos recibidos. Madres sin corazón que regalan o matan a sus hijos; avaros que poseen mucha riqueza y que no se permiten compartir nada, migajas si acaso (para los pobres); gente con mucha sabiduría que se guarda todo para sí en vez de compartir sus conocimientos con gente menos agraciada que ellos; en fin, seres que tienen un corazón de piedra. Pero para los que se consideran que su corazón sí es de carne, es esta reflexión: compartamos lo que tengamos, poco o casi nada, desde bienes económicos, hasta amor, sonrisas, consejos, participación activa, comunicación, consuelos, esperanza, pues todo nos ha sido dado y lo único nuestro es todo ese amor que podemos esparcir entre los necesitados. Y cada vez que demos, recibiremos, ténganlo en mente.