viernes, 9 de diciembre de 2011

La coherencia

La coherencia es según la segunda acepción del diccionario, la relación lógica entre la forma de pensar de una persona y su forma de actuar. Es como cuando decimos: “ No hace lo que dice” o “Da el consejo y se queda sin él”.
Y es que a veces estamos con personas, amigos o conocidos nuestros, que externan sus opiniones con absoluta libertad, opiniones muy negativas según nuestro ver, acerca de cualquier tema delicado –moralmente hablando- y nos sentimos molestos. Molestos con ellos y con nosotros mismos, porque no podemos contradecirlos o no sabemos cómo detenerlos. Así que, no hacemos nada. Realmente es difícil, sobre todo cuando estás con familiares o amigos, no estar de acuerdo con sus pensamientos y no poderlos contradecir. Saber que están mintiendo, porque no es cierto que hacen lo que dicen o los consejos que están dando.  Hombres o mujeres de los cuales se conocen sus aventuras extramaritales y recomiendan fidelidad.  Personas que tienen sus negocios nada transparentes o que "lavan" el dinero de amistades o familiares. Luego salen a la calle y hasta parecen gente respetable, confiable, gente honrada, sincera y fiel.     
           

                                                                                                                
Y aunque alguna vez nos hemos identificado con ellos en su actuar, no estamos muy de acuerdo con su decir.  No somos sinceros tampoco. Sucede que si nos gusta tomar una copa de vez en cuando y ellos son ebrios consuetudinarios o casi todos los días toman ¿cómo les decimos que no se extralimiten en sus francachelas? Pensarán: "Mira quién habla" Si somos prudentes, debemos empezar con nosotros mismos. Acordémonos que un carácter débil no inspira respeto ni cariño. Tampoco los mentirosos inspiran ese afecto.  La verdad es que debemos ser íntegros por fuera y por dentro. Hay gente muy devota que asiste a la iglesia con regularidad y luego los encontramos super enojados cuando alguien los rebasa con su carro. Y van maldiciendo a todo mundo. Se les olvidó que acaban de salir de la iglesia. Y es que en este mundo hay muchos lobos disfrazados de ovejas.  ¿Somos así? Somos bastante incoherentes en ese sentido y muchas veces nos justificamos a nosotros mismos. Necesitamos corregirnos si sabemos en qué fallamos y elegir nuestras amistades. La comprensión y aceptación se da muy bien entre amigos que actúan de la misma manera como piensan.  Así cosecharemos el respeto y la confianza de los que nos rodean. No seamos “farol de la calle y obscuridad de la casa”. ¿Cuesta? ¡Sí! ¡Bastante! Es vivir acorde con lo que pensamos, es testimoniar con nuestra vida, día a día, nuestra manera de pensar. Es muy fácil dar el consejo, lo difícil es seguirlo. No debemos tener miedo de perder amistades, después de todo, no eran tan buenas. Ni tengamos miedo de vivir como pensamos que así debe ser.Vivir y proyectar nuestra integridad de hombre o mujer. Ser coherente, ser congruente y actuar conforme pensamos.

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