No sé si se han dado cuenta que
las personas mayores de edad se la pasan hablando de “su pasado” “cuando yo era
joven” “recuerdo que…” “a nuestra edad” y, la verdad, me molesta, no por mi
complejo de juventud, sino por la insistente idea de recalcar que “ya estamos
viejos”. ¿Qué es la edad finalmente? ¿El tiempo que hemos vivido? ¿Hora de
achaques? ¿Soledad, abandono, nietos, casi fin de la vida? Y, finalmente: ¿Qué
es el tiempo?
Para mí, la vida es un ahora y un
aquí…no hay más. Lo demás son recuerdos, alegres o tristes, pero fueron vida
vivida al máximo junto con las personas que amamos y nos amaron; con las
personas que nos acompañan hoy, nuestra familia…los que logramos llegar a un
buen final. Lo que SI creo es que todo en lo absoluto, lo hicimos de
buena fe. ¿Las obsesiones, los rencores, los resentimientos, los
errores? Son parte de la vida. Muchas cosas las hicimos a sabiendas de la
conducta errónea, otras por dependencia emocional, otras por miedo, pero
siempre a favor nuestro o, quizá no. Cada quien tendrá una historia qué contar
y si los más jóvenes pueden aprovechar nuestra experiencia…¡qué bueno!
He conocido gente joven con alma
envejecida y también gente grande con el espíritu fresco y juvenil. Gente que
si pudiera, bailaría y cantaría a todo pulmón, en las plazas y los parques, que
reiría a carcajadas por cualquier cosa porque están enamorados de la vida, Y
qué bueno que exista gente así, ejemplar. Nunca, a pesar de que pasen los años
por ti, nunca envejezcas. Que tu espíritu permanezca joven para que, al llegar
el final, tu rostro permanezca sereno y feliz, porque sabes que vas al lugar de
la alegría eterna. Recuerda que siempre todo lo hiciste de buena fe.
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