martes, 13 de enero de 2015

Escribo porque me gusta hacerlo






“Y lo escrito, escrito está”. Esto me recuerda que esa frase como muchas otras han perdurado a través de los siglos, hasta que las llamas del fuego o del olvido las consumen. Por eso, ¿Por qué no escribir nuestros pensamientos? Si son positivos ¡cuánta gente saldrá beneficiada! Si son negativos, es mejor que se queden donde están, porque lo bueno y lo malo salen de adentro y es mejor no causar más daño a la humanidad.

Escribir, porque estampamos el pensamiento que refleja nuestra alma. Escribir, porque al impulso lo mueve la idea y esta se genera por nuestros conocimientos, actos o intercambio de opiniones, por lo que hemos experimentado. El mundo es tan amplio y variado que sí existe lugar para todos, desde el más atrevido hasta el más tímido. Escribe…….…¡Bienvenidos todos los escritores aficionados, profesionales, ensayistas o técnicos en el arte de la redacción!

Escribir sin miedo para conocer de cerca las diferentes personalidades que poblamos este planeta tan nuestro; para ahorrar sufrimiento a las generaciones futuras, a nuestros hijos, nietos o bisnietos, para mejorar nuestra conducta, para ampliar nuestros horizontes culturales. Escribir generosamente y sin temor. Escribir finalmente, para compartir el don recibido de poder escribir. Plasmar nuestro amor, nuestras dudas, inquietudes, conocimiento, experiencias e imaginación a través del libre fluir de nuestros dedos. ¡Decídete!