A mi entender, es un manantial de agua que brota de la tierra.
Pensando en este término,
quisiera aplicarlo en este tiempo de Cuaresma, a la FUENTE de la vida que es
Dios y que es la vida misma que se nos da en abundancia. Es en este tiempo en
que Él mismo nos invita a purificarnos y a beber el agua de vida en comunión
con Él. (Tomado del libro “La fuente de la vida”) Creo que todos los seres
humanos estamos atravesando por un período de “sequía espiritual”; y ¿cuál será
el motivo que la causa?
Estamos tan inmersos en obtener
bienes materiales o en mantenernos saludables comiendo lo que nos indica el
nutriólogo y haciendo ejercicio, que pensamos que eso es suficiente. Olvidamos
que no somos sólo cuerpo sino también espíritu. La nutrición también debería
ser espiritual. Tampoco tenemos que estar dándonos “golpes de pecho” en este
tiempo. Es suficiente el ser congruentes con la FE que decimos profesar.
Vaciar un poco la mente y el
corazón de aquellos apegos que nos mantienen sometidos y dejar espacio al “agua
de la vida” que nos ofrece nuestro Padre y Madre que es Dios mismo: manantial
de vida eterna. No esperemos a estar en las últimas para acordarnos de eso.
Cuando pedimos, somos escuchados y atendidos. Solo hay que esperar turno.
Sintamos la compañía de Dios y de
sus ángeles que están contentos de ser tomados en cuenta y llenemos de amor
nuestro momento: HOY.