Muchas veces escuché a las personas decir: “que mal educado es fulanito” o “no tiene educación”. Confundimos casi siempre la educación con el conocimiento de la cultura. No es lo mismo estudiar para llegar a ser un ingeniero, un médico, un abogado o un profesor, que aprender a respetar a nuestros mayores, a colaborar en las tareas de la casa, a respetar las cosas ajenas o a no contestar a nuestros mayores.
Ahora, inclusive en las películas
normales y en la vida real, veo con mucha tristeza cómo los hijos les contestan
a sus padres, a veces con groserías. Veo también como en las películas también se
les enseña a robar, a mentir, a ser agresivo, a matar, a defraudar. Hay
cineastas muy honrados, los hay. Y los aplaudo por ello, por dejar un mensaje
positivo a los cinéfilos. Pero hay personas con mucho dinero sin escrúpulos que
lo único que desean es amasar más riqueza. Como si fueran eternos, como si
jamás fuesen a presentar cuentas al creador o, quizá ni creen en su existencia.
Quizá así les convenga más. No creer para no tener qué preocuparse por el
juicio final. Vivir el presente y ya. Lo demás no importa. Pobres. No saben
porque no quieren saber. Es lo más ignorante de lo ignorante.
Hay padres buenos, con hijos
malos. Hay padres malos con hijos buenos. ¿De cuáles padres serán los que
actualmente gobiernan nuestro país?
Porque de
padres buenos y responsables no lo creo. Faltar al respeto a tanta gente; pisotear
los derechos sin nada de vergüenza a los demás; mostrar su indecencia públicamente
con su disfraz de cordero y mesías salvador para ocultar sus planes malvados: ¿Por
qué? Estos gobernantes que no tienen alma ni conciencia fueron quizá desde
pequeños muy narcisistas y nadie los corrigió. Mentir, robar, asesinar (porque si
lo permites, eres parte), difamar y todos los pecados capitales quedan cortos
ante tanta maldad.
DIOS PROTEJA A MÉXICO Y A SUS CIUDADANOS
HONRADOS.