Somos ciegos con ojos, sordos con oídos, muertos ambulantes, viviendo. A través de mi vida, reflexionando en mis propias experiencias y recordando las ajenas, me doy cuenta de cuántos beneficios omitidos, de cuánta solidaridad, actitudes , abrazos, sonrisas y cuántas palabras amables he omitido durante este tiempo y este espacio que Dios, en su generosidad me ha permitido. También estoy arrepentida de haber permitido a varias gentes hacerme daño, permitiéndoles traspasar el límite del respeto a mi persona y otorgándoles el derecho de dañarme en lo moral y en lo espiritual y hasta en lo social, puesto que sus malas opiniones crearon un ambiente hostil a mi alrededor.
Y ahora, aquí,
en este alto personal, meditando este dia, que será el último porque
nunca, jamás se repetirá este dia, ni este momento, no, el pasado no regresa,
pienso: que soy lo que soy y soy ¡mucho!.....jajaja. Todos somos mucho. Porque
estoy viva y otros no; porque puedo reir, pensar, hacer, acompañar a otros,
cerrar la boca o, abrirla cuando sea necesario, dar testimonio con mi vida, de lo
que pienso y siento. Ésto quiero: ser congruente con el amor pleno que tengo
dentro de mi y servir a los que me necesitan. ¿Qué es la felicidad? Felicidad
es:
AMAR. Y yo quiero ser feliz …………..quién
no querría ser feliz?
Así pues:
busqué y busqué todos estos años la felicidad: y estaba dentro de mi misma. Me
amé y amé cada parte de mi cuerpo, cada pensamiento de mi cerebro, cada decisión
tomada y agradecí al Señor Infinito y Perfecto y Santo que es Dios, el haberme
creado, el haberme hecho tan sensible, tan creativa, tan servicial y, tan
enojona, tan imperfecta puesto que soy humana. Hoy disfruto lo que hago y cada
día es perfecto y lo vivo plenamente. Ya no busco lo imposible. Ahora sé que
todo es posible, mientras yo sea yo.