martes, 19 de julio de 2016

Las cosas fáciles de la vida difícil

                             


Muchas veces nos encontramos estresados por el montón de deudas pendientes de pagar, por el poco tiempo que pasamos con nuestra familia y lo mucho que nos toma el tener que trabajar para completar "el gasto" y, la verdad, cuando acordamos ya se llegó la fecha establecida, ya nuestros hijos crecieron y nos dejaron, ya estamos "más para allá que para acá".
¿No es cierto que nos esforzamos demasiado y pocos se dan cuenta?¡ Sólo nosotros lo notamos!.........estudiamos, fuimos jóvenes, tuvimos nuestras relaciones sentimentales, sufrimos, gozamos, nos deprimimos, nos alegramos, fracasamos o fuimos exitosos...pero...¿Qué es lo más importante de todo esto? ¡Que vivimos! ¡Que somos! ¡Que sentimos! y si sentimos, vivimos. Aquí en esta vida, no se vale perder el tiempo deprimiéndonos, estresándonos, comiéndonos a nosotros mismos. ¿Para qué? o ¿Para quién?
La vida corre, se va...¿Qué queda? Lo que tengamos pensado que debemos hacer...¡hacerlo ya! Lo que creamos que es justo, oportuno, satisfactor para nuestras necesidades materiales o espirituales, debemos empezarlo ya. Como  dicen: vive cada día como si fuera el último de tu vida. El hoy es el mañana del pasado....¡vive hoy! disfrutar el oxígeno antes de que se acabe, disfrutar lo que queda de la naturaleza, cuidarla también porque será la herencia de los hijos; aprender a administrar el tiempo y compartirlo con la familia y con la gente que nos quiere. Finalmente todos cometemos errores pero somos humanos, no dioses. Perdonarnos a nosotros mismos y si los demás no nos perdonan aunque ya nos hayamos disculpado, ellos se lo pierden. Seguir adelante, no cansarse....caminar...caminar y no detenerse, tener la edad que se  tenga,  porque no sabemos si habrá un mañana para nosotros. Disfrutar el día caliente, frío, templado. Disfrutar la compañía o la soledad; el ruido o el silencio; el sol o la luna; la primavera o el invierno. No todos lo harán porque para cuando lo decidan hacer quizá ya no tendrán oportunidad. No anhelar ser rico ¿para qué? Dejar que los necios lo deseen. Nada nos llevaremos finalmente. Dejemos que las cosas de la vida difícil sean fáciles.