Dicen
que “tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata”….¿podría
ser? Con eso de los “Valores relativos” ya no sabe uno qué pensar.
La
verdad: creo que los mayores males consisten en la omisión del ejercicio de la
bondad. Llámese caridad, compasión, generosidad, prudencia, discreción,
ecuanimidad, justicia, comprensión, tolerancia, honor, respeto, en fin, no se
termina la lista de valores humanos que NO ejercemos. ¡Claro que no es lo mismo
matar a una persona que no matarla! Privar de la vida a alguien es algo
irracional Primero: porque no somos las personas un mosquito o una cucaracha para ser eliminados de esta vida. Además, todo se resolvería si pudiéramos
regresar a la vida así como nos vamos. Pero no.
Cuando
cometemos actos ilícitos o denigrantes o malos (llamémosle por su nombre),
es cuando bajamos de categoría en el nivel espiritual. Porque SÍ
saben que todos tenemos un espíritu….? Es fácil comprobarlo. TODOS los valores
humanos y religiosos son espirituales. Y recuerden la máxima: “Mente sana en
cuerpo sano” Si no alimentamos con ideas positivas nuestra mente, ¿qué puede
esperarnos? Las buenas vibras, las energías positivas o como quieran llamarle,
atraen a otras similares.
Les
contaré cómo un simple mal deseo o deseo pervertido o negativo puede destruir
una buena obra o la salud o integridad de alguien más: Una de mis nietas, la
mayor de ellas tenía el cabello hermoso, dorado y ondulado y decidió ir a
cortárselo. La persona que se lo cortó (no la conocí) pero era sin duda un ser
malvado. Al día siguiente del corte de cabello, empezó a maltratarse su pelo.
Se le quemaron todas las puntas. Se las corté, pero aquello era interminable.
Todos los días le amanecían sus puntas chamuscadas, como si le pusieran una
plancha en ellas. Su cabello se volvió espantoso, cambió de color dorado por
uno obscuro, se perdieron sus hermosos caireles y se tardó casi dos años en
recuperarse. Se detuvo algo de esa maldad, cuando la barrí con un huevo y le
recé 3 Credos ( bueno amigos, yo creo en eso) y el huevo lo rompí, lo puse en
un vaso de agua y se coció completamente……..¿Raro?....si…mucho…¡Y malo!.
Después, comprendimos que, o fue una envidia terrible de esa persona estilista
o fue..…no sé amigos, pero les juro que así sucedió. Los buenos como los malos
deseos son transferibles y más entre los humanos, que somos todos hijos de un
mismo Padre Creador, quien nos hizo y espera que nos amemos los unos a los
otros.
Ojalá
que ya no tengamos males mayores.